Cuestiones abarcadas por los Comités y Acuerdos de la OMC
EXÁMENES DE LA POLÍTICAS COMERCIALES: PRIMER COMUNICADO DE PRENSA, RESUMEN DEL INFORME DE LA SECRETARÍA Y DEL INFORME DEL GOBIERNO

Marruecos: enero de 1996

COMMUNICADO DE PRENSA
PRENSA/TPRB/23
12 de enero de 1996

MARRUECOS CONTINÚA LA LIBERALIZACIÓN DE SU RÉGIMEN COMERCIAL PERO LA OMC EXPRESA PREOCUPACIONES EN RELACIÓN CON ALGUNOS SECTORES


Marruecos prosigue el proceso de reformas económicas y comerciales que inició en 1983, aunque el impulso del cambio ha sido diferente en los distintos sectores. Según el informe de la Secretaría de la OMC sobre las prácticas y políticas comerciales de Marruecos, entre los acontecimientos recientes cabe mencionar un esfuerzo considerable para liberalizar ciertos sectores de servicios, en particular la banca, y privatizar empresas de propiedad estatal. Se ha derogado la legislación que imponía límites a la participación extranjera en empresas marroquíes, se han simplificado las reglamentaciones cambiarias, las operaciones de inversiones extranjeras y de préstamos y, en la actualidad, se alienta la formación de empresas mixtas con empresas extranjeras.

De las 133 sociedades estatales cuya privatización está programada se encontraban ya privatizadas 32 en junio de 1995.

En el informe, que se debatirá en un examen sobre Marruecos que realizará el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC, los días 17 y 18 de enero, se observa que, como la agricultura y actividades afines desempeñan un importante papel en la economía de Marruecos, el crecimiento económico a corto plazo se ve muy influenciado por las condiciones climáticas. En 1994 la economía de Marruecos registró un rápido crecimiento y el aumento del PIB fue superior al 11 por ciento. Sin embargo, la economía se contrajo en 1995 debido a la intensa sequía.

Tras haber dado sede a la Reunión Ministerial de Marrakech en abril de 1994, Marruecos ratificó inmediatamente los Acuerdos de la OMC para convertirse en Miembro fundador de la Organización Mundial del Comercio. En virtud del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), Marruecos consolidó las condiciones de acceso de ciertos tipos de servicios, con inclusión de los servicios profesionales, otros servicios prestados a las empresas, servicios de telecomunicaciones con valor añadido, servicios relacionados con el medio ambiente y servicios financieros y turísticos. Marruecos participa activamente en los trabajos del Grupo de Negociación sobre Servicios de Transporte Marítimo y del Grupo de Negociación sobre Telecomunicaciones Básicas.

En el marco de la OMC, Marruecos emprendió la consolidación de todas sus líneas arancelarias. Al igual que otros Miembros de la OMC también se comprometió a convertir en aranceles todas las medidas cuantitativas que afectan a los productos agrícolas. En junio de 1993 Marruecos estableció equivalentes arancelarios, comprendidos entre el 100 y el 365 por ciento, para los animales vivos, las carnes, los productos lácteos y algunos de sus derivados; está prevista para 1996 la entrada en vigor de los restantes equivalentes arancelarios. Marruecos no tiene legislación relativa al artículo XIX del GATT o medidas de salvaguardia de urgencia. Si bien la reglamentación del comercio exterior prevé medidas antidumping y compensatorias, hasta la fecha no han sido aplicadas. En la actualidad, Marruecos está adaptando su legislación para armonizarla con las disposiciones del Acuerdo de la OMC sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio.

En julio de 1995, la media aritmética de los tipos arancelarios aplicados a todas las partidas era del 23,5 por ciento. Esa media enmascara una progresividad de los derechos aplicados en el sector industrial, sobre todo a productos que compiten con productos marroquíes. Según un informe, la elevada protección que se concede a la producción local, con inclusión de las materias primas, tiende a afectar a la competitividad de actividades que se realizan en fases finales tales como el turismo y actividades manufactureras más avanzadas. A su vez, el sector del automóvil se beneficia del plan sobre contenido nacional con arreglo al cual las empresas de montaje deben incorporar en su producción de un 60 a un 70 por ciento de componentes de origen marroquí o realizar exportaciones compensatorias. En un contrato firmado recientemente con un productor europeo se prevé que el porcentaje de contenido nacional será del 50 por ciento a partir del tercer año.

En el sector exportador, la promoción de los productos marroquíes, sobre todo de los que tienen un alto nivel de elaboración en el país, se lleva a cabo mediante concesiones arancelarias y fiscales. En el informe se indica que las exportaciones de mercancías están integradas por tres grupos principales de productos, de los que procede aproximadamente el 80 por ciento de los ingresos por exportaciones de mercancías del país: los productos agrícolas y pesqueros, los del sector de los textiles y el vestido, y los fosfatos y sus derivados. Marruecos es el primer proveedor mundial de fosfatos.

La Unión Europea es el principal interlocutor comercial de Marruecos. De ella procede más de la mitad de las importaciones de mercancías, a ella va destinado más del 60 por ciento de las exportaciones de Marruecos y ella es el origen de las tres cuartas partes de las inversiones extranjeras que se hacen en el país. El comercio de Marruecos con el Japón y los Estados Unidos va en aumento.

El informe concluye que la economía de Marruecos se beneficiará de los recientes esfuerzos realizados para desarrollar su economía de servicios. Al disminuir las actividades agrícolas los servicios representan, en la actualidad, más del 50 por ciento del PIB del país. El informe indica que es probable que esta tendencia continúe, en particular porque ese sector fue el que obtuvo mayores beneficios de las recientes medidas de liberalización y privatización. Al haber entrado en vigor los Acuerdos de la OMC, Marruecos tiene la oportunidad de proseguir y ampliar su política de liberalización y dotar de nuevo dinamismo a su proceso de ajuste en todos los sectores.

Nota para las redacciones

El Órgano de Examen de las Políticas Comerciales (OEPC) de la OMC examinará el informe de la Secretaría, junto con un informe elaborado por el Gobierno de Marruecos, los días 17 y 18 de enero de 1996.El Órgano de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC realiza una evaluación colectiva de la gama completa de las políticas y prácticas comerciales de cada Miembro de la OMC a intervalos regulares y sigue de cerca las tendencias y acontecimientos importantes que puedan tener consecuencias para el sistema mundial de comercio.

Los dos informes, junto con un acta del debate del OEPC y el resumen del Presidente, se publicarán oportunamente como documentación completa del examen de las políticas comerciales de Marruecos. Podrán obtenerse en la Secretaría de la OMC, Centro William Rappard, 154 rue de Lausanne, 1211 Ginebra 21.

Los informes abarcan la evolución de todos los aspectos de las políticas comerciales de Marruecos, como las leyes y reglamentos nacionales, el marco institucional, las prácticas comerciales por clase de medidas y las políticas comerciales por sectores. Desde la entrada en vigor de la OMC, los informes abarcan también las "nuevas esferas" del comercio de servicios y los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio. Se adjuntan las observaciones recapitulativas del informe de la Secretaría y del Gobierno. Los periodistas que deseen disponer del texto íntegro de los informes pueden solicitarlo a la Secretaría de la OMC.

Desde diciembre de 1989, se han llevado a cabo los siguientes exámenes: Argentina (1992), Australia (1989 y 1994), Austria (1992), Bangladesh (1992), Bolivia (1993), Brasil (1992), Camerún (1995), Canadá (1990, 1992 y 1994), Chile (1991), Colombia (1990), Comunidades Europeas (1991, 1993 y 1995), Corea, Rep. de (1992), Costa Rica (1995), Cte d'Ivoire (1995), Egipto (1992), Estados Unidos (1989, 1992 y 1994), Filipinas (1993), Finlandia (1992), Ghana (1992), Hong Kong (1990 y 1994), Hungría (1991), India (1993), Indonesia (1991 y 1994), Islandia (1994), Israel (1994), Japón (1990, 1992 y 1995), Kenya (1993), Macao (1994), Malasia (1993), Marruecos (1989), Mauricio (1995), México (1993), Nigeria (1991), Noruega (1991), Nueva Zelandia (1990), Pakistán (1995), Perú (1994), Polonia (1993), República Eslovaca (1995), Rumania (1992), Senegal (1994), Singapur (1992), Sri Lanka (1995), Sudáfrica (1993), Suecia (1990 y 1994), Suiza (1991), Tailandia (1991), Túnez (1994), Turquía (1994), Uganda (1995), Uruguay (1992) y Zimbabwe (1994).

Informe de la Secretaría

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
MARRUECOS
Informe de la Secretaría - Observaciones recapitulativas

El entorno económico

Frente a desequilibrios internos y externos de pagos, Marruecos emprendió, a partir de 1983, una serie de programas de ajuste económico. Las medidas adoptadas en cuanto a política monetaria y presupuestaria y a liberalización del comercio han producido resultados considerables. Fueron frenados tanto el déficit del sector público como la inflación, y, a finales de 1994, las reservas en divisas cubrían cinco meses de importaciones aproximadamente. Se estableció la convertibilidad del dirham para las operaciones corrientes y para las operaciones de capital efectuadas por no residentes. El dirham se ha mantenido relativamente bien con respecto a las principales monedas extranjeras. La deuda exterior, que representaba más del 100 por ciento del PIB a mediados del decenio de 1980, descendió a menos del 70 por ciento en 1994, si bien su servicio absorbe más de un tercio de los ingresos corrientes de la balanza de pagos.

Entre los problemas actuales del país se cuentan el desempleo y la sequía, frecuente en Marruecos desde hace casi dos decenios. La sequía de 1995 se considera como la más intensa del siglo, y las malas cosechas que de ella resultan podrían hacer descender el PIB real a razón de un 4 a un 6 por ciento. Esos azares climatológicos agravaron el éxodo rural y el desempleo, que alcanza a alrededor del 16 por ciento de la población activa a escala nacional. Los efectos sociales del desempleo se ven atenuados por la existencia de un importante sector no formalizado que tiene repercusión negativa en los ingresos fiscales y contribuye al aumento de los gravámenes tributarios que recaen sobre las empresas contribuyentes.

Los costos de transporte (comprendidos los del transporte de mercancías aéreo, terrestre y por carretera) son relativamente elevados, en comparación con los de otros países en situación económica similar. La cuantía de los gravámenes fiscales percibidos no refleja el nivel de las infraestructuras básicas (de electricidad y telecomunicaciones, entre otras) necesarias para la producción; los ingresos del sector público se destinan, en su mayor parte, a pagar los sueldos de los funcionarios públicos.

Con objeto de fomentar las inversiones, y especialmente las extranjeras, fue abolida en septiembre de 1993 la ley que imponía límites a la participación extranjera en empresas marroquíes, conocida por ley "de marroquización", se aprobó una nueva reglamentación bancaria y se puso en marcha la privatización de las empresas del sector público. De las 113 sociedades y hoteles estatales cuya privatización está programada se encontraban ya privatizados 32 en junio de 1995, concentrándose ahora las inversiones públicas en la esfera social o en la infraestructura. Se desea actualmente contar con financiación extranjera para la constitución de empresas conjuntas con interlocutores marroquíes y tales inversiones podrían contribuir también a la renovación de la parte anticuada del aparato productivo.

Marruecos en el comercio mundial

Las exportaciones de mercancías de Marruecos están integradas por tres grupos principales de productos, de los que procede aproximadamente el 80 por ciento de los ingresos por exportaciones de mercancías del país: los productos agrícolas y pesqueros, los del sector de los textiles y el vestido, y el fosfato y sus derivados. Marruecos posee más de la mitad de las reservas mundiales de fosfatos y es el primer exportador de éstos en el mercado internacional. Los fosfatos son también el producto que caracteriza la presencia del país en un gran número de mercados extranjeros.

La estructura de las importaciones de mercancías ha experimentado cambios en los años últimos, en función de las necesidades que llevan consigo las inversiones que fueron fomentadas para el ajuste y el crecimiento de la economía. La parte correspondiente a importaciones de productos alimenticios va en disminución a la par que aumenta la correspondiente a importaciones de maquinaria y otros bienes de equipo y a las de materias primas necesarias para las industrias químicas.

El sector de servicios de Marruecos se asienta fundamentalmente en el turismo, que disfruta de las ventajas de la belleza natural y el patrimonio cultural del país. Las actividades turísticas originan tantos ingresos en divisas como la totalidad de las exportaciones de productos agrícolas y pesqueros (alrededor del 30 por ciento de los ingresos procedentes de la exportación de mercancías). Los turistas europeos representan el 60 por ciento de los que visitan el país. Los ingresos procedentes del turismo y las remesas de ingresos de los trabajadores marroquíes en el extranjero no bastan, sin embargo, para reabsorber los déficit estructurales de la balanza comercial.

La Unión Europea sigue siendo el principal interlocutor comercial de Marruecos. De ella procede el 54 por ciento de las importaciones y a ella va destinado el 63 por ciento de las exportaciones de mercancías. La UE efectúa cada año el 75 por ciento aproximadamente de las inversiones directas extranjeras en el país. De los países de la Unión son Francia, España, Italia y Alemania los que participan más ampliamente en las transacciones comerciales con Marruecos. Aparte de la UE, va en aumento el comercio del país con el Japón y los Estados Unidos.

El comercio de Marruecos con la UE se ha visto favorecido no sólo por el más bajo costo de la mano de obra en el Reino sino también por el trato preferencial de que goza un gran número de productos marroquíes. De todos modos, ciertos grupos de productos agrícolas están sujetos a contingentes arancelarios, y el país ha aceptado también una limitación voluntaria de sus exportaciones de pantalones a la Unión. Marruecos y la Unión Europea aspiran a concluir un acuerdo de asociación que haría posible crear más adelante una zona de libre cambio.

Marco institucional y legislativo

El Reino de Marruecos es una monarquía constitucional. El poder ejecutivo reside en el Rey, que es Jefe del Estado, y en su Gobierno. El Rey firma y ratifica los tratados internacionales. Los proyectos de ley relativos a la esfera comercial emanan, por regla general, de los Ministros competentes en la materia de que se trate y se someten luego a la aprobación de la Cámara de Representantes. La Cámara está formada por 333 diputados, dos tercios de los cuales son elegidos por sufragio universal y el resto por un Colegio Electoral.

Desde los comienzos del decenio de 1990 el Gobierno emprendió la renovación de la legislación marroquí, algunos de cuyos textos datan del siglo pasado. Fueron elaborados un proyecto de ley de sociedades y tres nuevos códigos, uno de ellos sobre inversiones, otro sobre comercio y un tercero sobre cuestiones laborales. Se está elaborando también un proyecto de ley sobre la competencia. Todos esos textos legales, inspirados por lo general en la legislación francesa, se proponen adaptar el marco normativo a las diversas reformas que han tenido lugar, sobre todo en materia comercial. Salvo el proyecto de ley sobre competencia, todos los demás se encuentran en curso de aprobación.

Las reformas constitucionales efectuadas en 1993 han tenido por resultado, entre otros, la reducción del tiempo necesario para la adopción, ratificación y entrada en vigor de las leyes de Marruecos. Con todo, son muchos en la actualidad los proyectos de ley firmados y no ratificados, o ratificados pero pendientes de entrada en vigor.

Características de la política comercial

Acuerdos internacionales

Marruecos se adhirió al GATT en 1987. Participó activamente en las negociaciones de la Ronda Uruguay y fue el país anfitrión de la Conferencia de Marrakech en abril de 1994. Aceptó los Acuerdos de la OMC y, por consiguiente, se ha comprometido a proseguir la liberalización de su comercio exterior en un marco multilateral.

En el marco de la OMC, Marruecos ha efectuado la consolidación de todas sus líneas arancelarias. Consolidó también su gravamen fiscal a la importación y, al igual que otros Miembros de la OMC, procedió a convertir en medidas arancelarias las medidas cuantitativas que afectan a los productos agrícolas. En junio de 1993 Marruecos estableció equivalentes arancelarios, comprendidos entre el 100 y el 365 por ciento, para los animales vivos, las carnes, los productos lácteos y algunos de sus derivados. Está prevista para 1996 la entrada en vigor de los restantes equivalentes arancelarios. En el caso de algunos tipos de carnes, los tipos máximos consolidados llegan al 380 por ciento.

Marruecos ha contraído compromisos con arreglo al Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios, con reserva de las limitaciones relativas a la presencia física de extranjeros. Consolidó Marruecos las condiciones de acceso a los mercados de ciertos tipos de servicios, y específicamente a los de servicios profesionales, otros servicios prestados a las empresas, servicios de telecomunicaciones con valor añadido, servicios relacionados con el medio ambiente y servicios financieros y turísticos. Marruecos participa activamente en los trabajos del Grupo de Negociación sobre Servicios de Transporte Marítimo y del Grupo de Negociación sobre Telecomunicaciones Básicas. Está en curso de elaboración un proyecto de ley encaminado a adaptar la legislación vigente a las disposiciones del Acuerdo de la OMC sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio.

Dentro de la Unión del Maghreb Árabe (UMA), de la que es miembro Marruecos, los dos países de destino más importantes de las exportaciones de productos marroquíes son Túnez y Argelia. Las mercancías exportadas a esos mercados están exentas de derechos de importación (solamente algunos productos, en el caso de Túnez) o están sujetas a un gravamen compensatorio del 17 por ciento en lugar de otros más elevados. Las transacciones comerciales en el seno de esa Unión siguen manteniéndose a un nivel reducido, pero los países miembros se proponen crear una zona de libre comercio. Marruecos es miembro de otras organizaciones, entre ellas la Organización de la Conferencia Islámica y concertó acuerdos comerciales y arancelarios bilaterales con varios árabes y con países del África subsahariana.

Tipo e incidencia de los instrumentos de política comercial

La política comercial de Marruecos combina actualmente una liberalización progresiva de las importaciones con el fomento de las exportaciones de bienes industriales y una vigorosa protección de ciertos productos agrícolas básicos. En el sector importador existen medidas de protección de la producción nacional, tales como la exigencia de licencia para ciertos productos (el 10,2 por ciento del volumen total de las importaciones de mercancías, frente al 8,4 por ciento en 1993), los derechos de importación, el gravamen fiscal a la importación y un gravamen parafiscal. Se otorgan subvenciones con miras a fomentar el consumo de determinados artículos agrícolas de producción nacional.

Marruecos simplificó notablemente, ya en 1993, su sistema de derechos aduaneros de importación, mediante la reducción de los tipos, tanto en número como en cuantía máxima, habiendo quedado reducidos por regla general los tipos máximos al 35 por ciento, excepto en el caso de algunos productos sometidos a tipos del 40 ó 45 por ciento. Posteriormente fueron elevados de nuevo los tipos máximos, a raíz de la implantación de ciertos equivalentes arancelarios. La media aritmética del tipo de los derechos de aduana es del 23,5 por ciento hasta el final del primer semestre de 1995. Esa media enmascara una progresividad de derechos en lo que respecta al sector industrial, sobre todo en cuanto a productos que hayan sido o puedan ser fabricados en Marruecos.

El sector agropecuario, cuya importancia no reside solamente en la proporción de la población a la que ofrece empleo sino también en la política de seguridad alimentaria que actualmente se practica, resulta ser el que recibe mayor protección, que se aplica especialmente al trigo blando, las semillas oleaginosas, las plantas azucareras, la leche y la carne. La Ley de Comercio Exterior estipula gravámenes variables a la importación de ciertos productos alimenticios básicos. Los agricultores no están sujetos a tributación.

En el sector exportador, la promoción de los productos marroquíes, sobre todo de los que recibieron intensa elaboración en el país, se lleva a cabo mediante concesiones arancelarias y fiscales. Figuran entre esas concesiones las suspensiones, exenciones o reducciones de derechos y gravámenes, sobre todo cuando se trata de importación de insumos, y del impuesto sobre beneficios de las sociedades exportadoras. Las mercancías destinadas a la exportación están exentas del impuesto sobre el valor añadido. Se prevén también reintegros en el caso de exportaciones de ciertos productos agropecuarios de los que existan excedentes en el mercado nacional, pero hasta la fecha no se han puesto en práctica tales reintegros. Se encuentran en funcionamiento actualmente zonas industriales en las que el Estado concede ayudas cuando se adquieren parcelas, y funciona también una zona franca. Se ha ido suprimiendo gradualmente los derechos y gravámenes de exportación, excepto los aplicables a los hidrocarburos y a determinados servicios, habiéndose suprimido también, en virtud de la Ley de Hacienda de 1995, los gravámenes a la exportación de productos agropecuarios y mineros.

Los instrumentos de protección de la producción nacional podrían limitar la eficacia de las empresas exportadoras. Dado el principio de favorecer únicamente a las mercancías, y especialmente los insumos, que no existen o no pueden ser producidos en el país, resultan relativamente más costosas las materias primas que son de origen marroquí. De hecho no será fácil que los productores nacionales, protegidos contra la competencia extranjera y beneficiarios de subvenciones, juzguen oportuno reducir sus costos. Además, aun cuando las exportaciones marroquíes no han sido objeto hasta ahora de ninguna medida compensatoria por parte de los países importadores, las ventajas concedidas podrían dar origen a riesgos de ese tipo. Esos regímenes crean asimismo un sesgo desfavorable para las exportaciones de ciertos servicios, entre ellos los de turismo, que utilizan sobre todo insumos de producción local.

Marruecos no tiene legislación en materia de medidas de urgencia tal como éstas se definen en el artículo XIX del GATT. Sin embargo, la reglamentación actualmente vigente en materia de comercio exterior prevé medidas antidumping y compensatorias, que hasta la fecha no han sido aplicadas. Con carácter cautelar, y en espera de la entrada en vigor de una nueva ley destinada, entre otras finalidades, a adaptar esas medidas a los Acuerdos de la OMC, se ha prescrito en abril de 1994 una declaración previa de importación. Los plátanos son el único producto para cuya importación se exige esa declaración.

Aspectos sectoriales de la política comercial

La agricultura proporciona empleo a alrededor del 40 por ciento de la población activa de Marruecos. De todos modos, la aportación de ese sector al PIB ha pasado del 20 por ciento que suponía a mediados del decenio de 1980 a menos del 15 por ciento, por término medio, a partir de 1990. Desde hace más de 10 años la sequía es cada vez menos imprevista y constituye, por consiguiente, un factor que hay que tener en cuenta en las previsiones. El Gobierno ha reorientado, pues, su política agrícola, haciéndola pasar de su objetivo amplio de autosuficiencia al más restringido de garantía de la seguridad alimentaria. La liberalización progresiva de este sector podría verse facilitada por los compromisos contraídos por Marruecos en el marco de los Acuerdos de la OMC y por el desarrollo de unidades de producción modernas y capaces de mejores resultados, que utilizan sistemas de irrigación. Unidades de ese tipo explotan en la actualidad el 11 por ciento aproximadamente de la superficie cultivada de que procede la cuarta parte de la producción y el 80 por ciento de las explotaciones agrícolas del país.

El sector del automóvil sufre dificultades desde hace algunos años. El Gobierno ha emprendido, pues, la reactivación del sistema de integración y compensación establecido ya en 1982 y con arreglo al cual las empresas de montaje de vehículos automóviles deben integrar en su producción de un 60 a un 70 por ciento de piezas de origen marroquí o compensarlo con exportaciones. En un contrato firmado recientemente con un productor europeo se fijó ese porcentaje en el 50 por ciento a partir del tercer año de su entrada en vigor, prescribiéndose también en ese contrato ciertas concesiones fiscales.

El sector de servicios contribuye con más del 50 por ciento a la formación del PIB de Marruecos. El aumento de la aportación de este sector se explica por la baja de la correspondiente a las actividades agrícolas en estos últimos años y resultó especialmente favorecida por el dinamismo que infundieron las medidas de liberalización llevadas a cabo en el país. Se trata también del sector en el que fue mayor la retirada del Estado en términos de número de empresas privatizadas.

La liberalización del subsector bancario ha facilitado el proceso global de apertura al exterior que actualmente está en curso en Marruecos. En otros sectores de servicios, como son los de telecomunicaciones y seguros, el proceso de liberalización ha adelantado menos, pero, a raíz de los compromisos contraídos por el país en el marco de los Acuerdos de la OMC en materia de comercio de servicios, se prevé la apertura de alguna de las actividades de esos sectores.

Política comercial e interlocutores comerciales extranjeros

Al igual que ocurrió en otros países, las medidas liberalizadoras aplicadas de modo unilateral por Marruecos durante más de un decenio resultaron necesarias por obra de dificultades económicas. Como se dejó indicado en el primer informe de examen de las políticas comerciales de Marruecos, realizado en 1989, las políticas adoptadas se refirieron sobre todo al fomento de las exportaciones de productos manufacturados. Los resultados positivos que se alcanzaron en aspectos tales como el crecimiento económico, la inflación, la hacienda pública y el comercio exterior, deberían haber alentado la prosecución de las reformas. Sin embargo, el dinamismo inicial de ese proceso parece haber sido frenado por resistencias internas y tardanzas administrativas y legislativas.

La activa participación de Marruecos en las negociaciones de la Ronda Uruguay, así como los compromisos contraídos por el país en ese contexto, confirman su apego al sistema comercial multilateral. Los Acuerdos de la OMC le brindan la oportunidad de continuar su política de liberalización, de ampliar el alcance de ésta y de eliminar las distorsiones que presentan los regímenes de favor actualmente existentes. Marruecos se encuentra, pues, en condiciones favorables para sobreponerse al reto de la sequía y dotar de nuevo dinamismo a su proceso de ajuste.

Informe del Gobierno

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
MARRUECOS
Informe del Gobierno

Introducción: Entorno económico y política económica

El entorno económico mundial en el que se ha desarrollado la política comercial marroquí durante el período 1990-1994 ha experimentado cambios profundos.

Marruecos ha seguido durante ese período una política de saneamiento y reestructuración centrada especialmente en la modernización y liberalización de la economía, el afianzamiento de su apertura al exterior y el restablecimiento y la consolidación del marco macroeconómico.

Las políticas aplicadas en ese marco tenían principalmente por objeto reforzar los mecanismos del mercado y eliminar las distorsiones y obstrucciones, con miras a una mayor eficiencia en la distribución de los recursos entre los diferentes sectores económicos, y crear al mismo tiempo condiciones favorables al desarrollo de la función del sector privado en la dinámica económica.

Ese proceso de saneamiento y reforma iniciado en 1983 prosiguió durante el período 1990-1994.

Así pues, paralelamente a la interrupción de la reprogramación de la deuda, el establecimiento de la convertibilidad para las transacciones corrientes y la iniciación del programa de privatización, se han proseguido e intensificado las reformas, principalmente en los siguientes aspectos:

Realización de una reforma de gran alcance en el sector financiero encaminada a liberalizar, modernizar y dotar de mayor dinamismo al sistema bancario, el mercado de capitales y el mercado monetario. Esta reforma, iniciada en 1991, está actualmente a punto de finalizar.

Fortalecimiento de la liberalización del comercio exterior del país, principalmente mediante la reducción del tipo arancelario máximo del 45 por ciento al 40 por ciento en 1992 y al 35 por ciento en 1993 y del número de tipos arancelarios de 15 a 12, y la adopción de una Ley relativa al comercio exterior que constituye un marco jurídico liberal, moderno y previsor de mecanismos antidumping y compensatorios conformes a las normas internacionales habituales.

Fortalecimiento de la liberalización de la reglamentación cambiaria más allá de las operaciones corrientes. Esta liberalización ha afectado principalmente al conjunto de las operaciones vinculadas a las inversiones extranjeras y a los préstamos exteriores a favor de los agentes económicos con miras a permitirles participar directamente en el mercado internacional para financiar sus importaciones y sus inversiones. Por último, se ha autorizado a los exportadores y a los marroquíes residentes en el extranjero a abrir cuentas en divisas en el sistema bancario marroquí.

Los principios fundamentales de la política económica de Marruecos son la liberalización de la economía y la consolidación de su apertura al exterior. Estos principios se han afianzado más en el conjunto de los circuitos económicos, comerciales y financieros del país desde 1983, al emprenderse el proceso de reajuste estructural.

Así pues, tanto las reformas ya realizadas como las que están en curso de realización se orientan a la intensificación de la liberalización de la economía y a la consolidación de su integración en la economía mundial.

La privatización, que forma parte integrante de ese proceso, tiene, entre otros, los siguientes objetivos: ampliar la esfera de actividad del sector privado, estimular las inversiones extranjeras, modernizar los sectores productivos y mejorar la movilización del ahorro privado para fines productivos. Además, el programa de privatización, que afecta a 113 empresas públicas, podría ampliarse a un número adicional de empresas. Por otro lado, paralelamente a la privatización, se ampliará aún más la esfera de intervención del sector privado mediante la desmonopolización, en beneficio suyo, de una serie de servicios públicos, como la producción de energía, los servicios de telecomunicaciones, etc. Por último, el sector privado está llamado igualmente a contribuir al establecimiento de infraestructuras que eran antes de la competencia exclusiva del sector público, en particular en la esfera de las carreteras, las zonas industriales, etc.

Por su parte, y como consecuencia de la reducción de su intervención en la vida económica, el Estado, que durante mucho tiempo ha sido el motor del crecimiento económico, pasará a ser más bien un socio del sector privado en la dinámica del crecimiento.

En este contexto, se ha constituido, bajo la presidencia del Primer Ministro, un comité de control del desarrollo del sector privado, integrado por representantes de la Administración y del sector privado y cuya misión consiste en proponer al Gobierno toda medida o estrategia que pueda contribuir al desarrollo económico del país y al fortalecimiento de la función del sector privado.

Por otra parte, actualmente está en curso de reforma la legislación nacional en materia de inversiones, comercio y trabajo. La nueva ley marco sobre las inversiones tiene por objeto la integración en el derecho común de las ventajas ofrecidas a la inversión y la simplificación de los procedimientos administrativos.

Por consiguiente, los esfuerzos del Estado se centrarán sobre todo en la reglamentación de la economía y el mantenimiento de un marco viable, estable y que ofrezca incentivos a la inversión y el ahorro, por considerarse que el mejor medio de intensificar la liberalización de la economía marroquí y su integración en la economía mundial es un marco macroeconómico estable.

En lo que se refiere a la evolución de la economía marroquí en el período 1990-1994, la tasa media anual de crecimiento durante ese período fue de alrededor del 3,2 por ciento. Esta tasa media oculta variaciones errátiles que reflejan en gran parte los efectos de factores exógenos -a menudo desfavorables- en la economía marroquí.

En efecto, ese período se caracterizó por dos años sucesivos de grave sequía, que afectó duramente a la producción del sector agropecuario, con lo que el PIB registró bajas en términos reales del 4,1 por ciento en 1992 y del 1,1 por ciento en 1993. Se caracterizó asimismo por los efectos negativos de la crisis del Golfo y por las incertidumbres que precedieron a la conclusión de las negociaciones de la Ronda Uruguay sobre la economía y el comercio mundiales, que se tradujeron en el fortalecimiento de las agrupaciones regionales y el recrudecimiento del proteccionismo.

Por último, ese período se caracterizó también por los efectos negativos de las perturbaciones de los mercados cambiarios internacionales, especialmente en 1992, 1993 y finales de 1994. A pesar de esa coyuntura desfavorable, la economía marroquí ha registrado progresos significativos en la consolidación del marco macroeconómico, la mejora del entorno de las inversiones y el afianzamiento de la liberalización.

En efecto, Marruecos interrumpió el ciclo de reprogramación de la deuda y reanudó el pago normal de los vencimientos de su deuda exterior a partir del 1. de enero de 1993. Estableció asimismo la convertibilidad del dirham para las operaciones corrientes en enero de 1993 y emprendió el programa de privatización también en 1993.

En lo que se refiere a la situación y perspectivas macroeconómicas, cabe señalar que , después de haber registrado un crecimiento negativo del 4,1 por ciento y el 1,1 por ciento en 1992 y 1993, respectivamente, el PIB experimentó en 1994 un fuerte crecimiento, de alrededor del 11,5 por ciento. Con la excepción del sector de la construcción y las obras públicas, todas las ramas de actividad contribuyeron a esa expansión, si bien en grado diferente. El sector agropecuario por sí solo registró un aumento del 63 por ciento, con lo que contribuyó en tres cuartas partes aproximadamente al crecimiento total del PIB. La producción de los sectores secundario y terciario registró un incremento del 4,3 por ciento y el 2,6 por ciento, respectivamente.

Al contrario que en las dos últimas campañas, caracterizadas por la sequía, el sector agrícola se benefició en 1994 de condiciones climáticas favorables que permitieron un incremento de la superficie cultivada y una mejora neta del rendimiento, especialmente en los cultivos de cereales. Por su parte, la ganadería, que se benefició de la abundancia de pastos, registró una mejora que ha contribuido a la reconstitución de la cabaña. Por último, la contribución de la pesca, con una producción de 750.000 toneladas, registró un incremento de cerca del 20 por ciento, imputable exclusivamente a la pesca costera.

Tras el descenso del 1,3 por ciento registrado en 1993, el valor añadido de las actividades secundarias aumentó un 4,3 por ciento en 1994, en particular en el sector de los fosfatos. También aumentó la producción del sector "energía y agua" en un 8 por ciento, como consecuencia del incremento del suministro de electricidad esencialmente térmica gracias a la ampliación de la capacidad instalada. Por su parte, el sector industrial experimentó una progresión del 4,2 por ciento, a la que contribuyeron todas las ramas de actividad, principalmente la agroindustria y las industrias químicas y paraquímicas.

Por último, el sector de los servicios comerciales, paralelamente al crecimiento de las demás actividades, registró una mejora del 2,6 por ciento, a la que contribuyeron los servicios de comercio, transporte y comunicaciones, y otros servicios con alzas del 9,2 por ciento, 5,3 por ciento y 1,9 por ciento, respectivamente.

En conjunto, habida cuenta de un alza del deflactor del 2,7 por ciento, el producto interior bruto experimentó en 1994 un crecimiento del 14,5 por ciento en términos corrientes, frente al 2,5 por ciento en 1993.

El consumo final aumentó un 16 por ciento, frente al 2,8 por ciento en 1993 y el 1,3 por ciento en 1992. Esta evolución es principalmente consecuencia del crecimiento del 18 por ciento experimentado por el consumo de los particulares, tras el práctico estancamiento registrado en los dos años precedentes. Esta expansión, vinculada a la de la producción agrícola, se debe en parte a las reservas constituidas en los medios rurales.

Por su parte, el gasto de inversión se incrementó en un 7,7 por ciento en 1994. Su progresión obedeció en gran parte, sin embargo, a la reconstitución de la masa de inversiones ("stocks") a un nivel de 2.300 millones de dirhams, que afectó esencialmente a los productos energéticos e industriales. En cuanto a la formación bruta de capital fijo (FBCF), el aumento registrado se limitó al 2,6 por ciento. Con relación al PIB corriente, el nivel de la FBCF revela una tasa de inversión del 20 por ciento, frente a una media del 22,5 por ciento durante los cuatro años precedentes.

Comercio exterior

El comercio exterior de Marruecos aumentó en 1994 un 7 por ciento con respecto a 1993. Este aumento se debió tanto a las importaciones (6,6 por ciento) como a las exportaciones (7,7 por ciento). El incremento de las importaciones tiene principalmente su explicación en las adquisiciones de semimanufacturas, productos energéticos y algunos productos en bruto y materias primas, como la madera, el algodón y las semillas oleaginosas. En cambio, las importaciones de productos alimenticios registraron en conjunto una baja importante, como consecuencia de la excepcional cosecha de 1994.

Paralelamente, el crecimiento de las exportaciones se debió principalmente a los fosfatos y sus derivados, que representaron algo más de la cuarta parte del total, y a las exportaciones de productos alimenticios, cuya proporción se aproximó al 28 por ciento.

La distribución geográfica del comercio exterior marroquí no registró variaciones notables durante los cuatro últimos años. Siguió caracterizándose por la preponderancia de la parte correspondiente a la Unión Europea, tanto en lo que se refiere a las importaciones (54 por ciento) como a las exportaciones (63 por ciento). Los principales proveedores y clientes de Marruecos en esa agrupación regional son Francia, España, Italia y Alemania. El déficit por cuenta corriente de la balanza de pagos se situó en 1994, según las estimaciones, en torno al 2,2 por ciento del PIB (es decir, prácticamente el mismo nivel registrado en 1993), déficit que se ha cubierto enteramente con corrientes de inversiones extranjeras, lo que ha permitido consolidar los activos exteriores a un nivel que cubre las importaciones de bienes y servicios de más de seis meses.

Deuda exterior

Los indicadores de la deuda exterior registraron una mejora neta durante los últimos años, ya que la deuda existente equivalía al 68 por ciento del PIB en 1994, frente a más del 80 por ciento en 1993 y más del 100 por ciento a mediados del decenio de 1980. Asimismo, el coeficiente del servicio de la deuda registra una mejora sensible. No obstante, los gastos resultantes del servicio de la deuda siguen representando una pesada carga, en la medida en que aún absorben más de la tercera parte del total de los ingresos corrientes de la balanza de pagos.

Precios y tipos de interés

El aumento de los precios de consumo se mantuvo en 1994 al mismo ritmo de 1993 y 1992, o sea el 5 por ciento, lo que confirma que el control de la inflación figura entre los principales objetivos de la política económica del país. Los tipos de interés de los préstamos, que se han liberalizado progresivamente desde 1991 en el marco general de la reforma del sector financiero, se sitúan actualmente en torno al 11,5 por ciento, lo que representa un descenso de más de cuatro puntos en tres años. Este descenso se ha producido paralelamente al control de la inflación, lo que ha contribuido a mejorar las condiciones de financiación de las inversiones.

Finanzas públicas

En lo que se refiere a las finanzas públicas, a pesar de la repercusión de la recesión económica de 1992 y 1993 en el nivel de los ingresos presupuestarios, el déficit del Tesoro no excedió en 1994 del equivalente al 3 por ciento del PIB, frente al 2,4 por ciento del PIB en 1993.

Ese ligero aumento del déficit, unido a corrientes netas negativas de financiación exterior, ha requerido un mayor recurso a la financiación interior, sin que ello se haya traducido en una presión notable sobre la masa monetaria, en la medida en que se ha basado esencialmente en recursos no bancarios y en que el sistema bancario disponía de liquidez excedentaria.