Cuestiones abarcadas por los Comités y Acuerdos de la OMC
EXÁMENES DE LA POLÍTICAS COMERCIALES: PRIMER COMUNICADO DE PRENSA, RESUMEN DEL INFORME DE LA SECRETARÍA Y DEL INFORME DEL GOBIERNO

COMMUNICADO DE PRENSA
PRENSA/TPRB/140
1 de noviembre de 2000

Brasil: noviembre de 2000

Según el nuevo informe de la OMC sobre las políticas comerciales del Brasil, la reforma económica del Brasil, que se inició hace más de 10 años, ha dado lugar a la instauración de regímenes comerciales y de inversión más abiertos y, en los 4 últimos años, se ha creado un entorno descentralizado y más orientado al mercado, mediante la desreglamentación de los monopolios estatales y los precios, la liberalización de las inversiones y la privatización. En el informe se añade que la mejora resultante en la asignación de recursos y la mayor flexibilidad han ayudado a la economía a hacer frente con éxito a las crisis externas y de otro tipo, facilitando en particular una rápida recuperación de la crisis financiera que dio lugar a la flotación del real en 1999.

La reforma económica del Brasil ha dado lugar a un entorno económico más orientado al mercado, descentralizado y flexibleVolver al principio

Según el nuevo informe de la OMC sobre las políticas comerciales del Brasil, la reforma económica del Brasil, que se inició hace más de 10 años, ha dado lugar a la instauración de regímenes comerciales y de inversión más abiertos y, en los 4 últimos años, se ha creado un entorno descentralizado y más orientado al mercado, mediante la desreglamentación de los monopolios estatales y los precios, la liberalización de las inversiones y la privatización. En el informe se añade que la mejora resultante en la asignación de recursos y la mayor flexibilidad han ayudado a la economía a hacer frente con éxito a las crisis externas y de otro tipo, facilitando en particular una rápida recuperación de la crisis financiera que dio lugar a la flotación del real en 1999.

En el informe se indica que, ahora, la fijación del tipo de cambio por el mercado parece dar al Brasil la oportunidad de reducir, y quizás suprimir, algunas medidas que se adoptaron para limitar las importaciones o dar apoyo a las exportaciones, y acabar definitivamente con toda traza de las anteriores políticas centrípetas. Estas y otras reformas destinadas a promover un equilibrio no distorsionado entre las exportaciones y el vasto mercado interno del Brasil, constituyen una estrategia positiva para conseguir y mantener un mayor crecimiento económico.

El informe de la OMC, junto con una declaración de política del Gobierno del Brasil, servirá de base para el examen de la política comercial de dicho país que se llevará a cabo los días 30 de octubre y 1º de noviembre en el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC.

Según el informe, la actividad económica evolucionó mejor de lo previsto después de la crisis financiera de finales de 1998, y las perspectivas apuntan a un crecimiento real del 4 por ciento en el año 2000. La inflación no ha superado el objetivo del 8 por ciento fijado por el Gobierno. La inversión extranjera directa (IED) ha aumentado sustancialmente desde 1996, superando la cifra de 30.000 millones de dólares de los EE.UU. en 1999. Aunque la privatización estimuló la IED, una proporción importante de ésta ha sido autónoma, lo que refleja el atractivo del vasto mercado interno, el mejor acceso a otros mercados del MERCOSUR y las políticas más orientadas al mercado. Durante el período en examen el comercio del Brasil como porcentaje del PIB permaneció estable en un 20 por ciento aproximadamente. El Brasil sigue siendo el principal exportador mundial de varios productos agrícolas, entre ellos el café, el jugo de naranja y el azúcar. Los mercados más importantes para el Brasil son los Estados Unidos y el MERCOSUR, en especial la Argentina, seguidos por la Unión Europea (UE). Los principales proveedores del Brasil son, en orden decreciente de importancia, la UE, los Estados Unidos y la Argentina.

En el informe se indica que el comercio exterior del Brasil está regulado por un elevado número de leyes, medidas provisionales, decretos y resoluciones, que han creado una densa red legislativa; su simplificación, por ejemplo mediante la ley mercantil única mencionada en el anterior examen del Brasil, podría promover la transparencia. Las leyes relacionadas con el comercio son objeto de enmiendas frecuentes, mediante, entre otras cosas, la adopción de medidas provisionales promulgadas autónomamente por el Presidente. Algunas enmiendas han contribuido a acelerar ciertas reformas, pero es posible que también hayan reducido la previsibilidad de las reglamentaciones para los comerciantes.

El principal instrumento comercial del Brasil es el arancel, cuya estructura y nivel vienen determinados en gran medida por un programa de convergencia con el arancel exterior común del MERCOSUR (AEC). En 1997 el Brasil procedió a aumentar temporalmente el arancel en 3 puntos porcentuales. Además, los aranceles sobre los bienes de capital no producidos en el país se aumentaron del 0 al 5 por ciento. De resultas de ello, desde 1996 el arancel medio NMF ha pasado del 12,5 al 13,7 por ciento; el aumento temporal de 3 puntos porcentuales ha de quedar sin efecto al final del año 2000. Aunque la dispersión ha disminuido, se mantiene la progresividad arancelaria. El Brasil ha consolidado su arancel pero, en su mayor parte, a niveles más altos que los aplicados; reducir esta diferencia contribuiría a mejorar la previsibilidad. Un cierto número de tarifas del arancel son superiores a los niveles consolidados, pero la legislación brasileña prescribe que en estos casos se respeten las consolidaciones.

Según el informe, existen licencias automáticas de importación con fines estadísticos y para el seguimiento de las corrientes comerciales. El Brasil ha celebrado consultas con algunos Miembros de la OMC acerca de su régimen de licencias de importación, que está siendo reconsiderado. El país recurre activamente a las medidas especiales, principalmente las medidas antidumping.

Desde 1996 la protección de los derechos de propiedad intelectual se fomenta mediante la promulgación de nuevas leyes y la intensificación de las medidas destinadas a garantizar su observancia.

En el informe se señala también que la participación del Estado en las actividades de producción ha disminuido considerablemente, y las distorsiones en los incentivos intersectoriales se han reducido mediante la adopción gradual de políticas sectoriales más neutrales. Sin embargo, algunas políticas vigentes reflejan las anteriores estrategias de sustitución de las importaciones, y los incentivos favorecen algunas actividades, a la vez que gravan implícitamente otras. El Brasil es uno de los principales productores y exportadores mundiales de productos agrícolas. La intervención del sector público en este sector ha disminuido; los programas de ayuda, en su mayor parte de precios mínimos y crédito rural a intereses preferentes, están destinados especialmente a los agricultores de bajos ingresos en zonas desfavorecidas. La asistencia a la agricultura parece moderada, sobre todo si se tienen en cuenta las distorsiones de mercado creadas por la ayuda dada a la agricultura en otros países, problema éste que sigue causando gran preocupación a las autoridades brasileñas.

Según el informe, desde 1996 se ha producido una importante liberalización del sector de los servicios, principalmente las telecomunicaciones y los servicios financieros. La implantación de bancos extranjeros desde 1996 ha intensificado la competencia y ha aumentado la eficiencia del sistema bancario, pero las persistentes diferencias de los tipos de interés, aún relativamente importantes, hacen pensar que es posible conseguir una mayor eficiencia. Las reformas todavía no han promovido las mejoras necesarias en sectores tales como los transportes. El Brasil participó activamente en las negociaciones multilaterales sobre servicios financieros y en las negociaciones sobre las telecomunicaciones básicas, haciendo ofertas en ambos sectores que mejoraban los compromisos contraídos en la Ronda Uruguay.

En su condición de país en desarrollo, el Brasil se benefició de un período de transición para aplicar algunos de los compromisos previstos en los diversos Acuerdos de la OMC. Desde 1996 el Brasil ha participado en 16 casos de solución de diferencias en el marco de la OMC, 7 como demandante y 9 como demandado; además, ha intervenido en condición de tercero en 4 diferencias. El Brasil concede como mínimo el trato NMF a todos sus interlocutores comerciales. El principal objetivo de su política comercial es llevar a la práctica los acuerdos comerciales negociados a comienzos de los años noventa, o sea la Ronda Uruguay y el MERCOSUR. Otro elemento fundamental de esa política es la mejora de las condiciones de acceso a los mercados de los productos brasileños.

En el informe se señala que el Brasil atribuye gran importancia a la profundización de la integración en América del Sur; es la mayor economía y el principal país comerciante de la región y desempeña un papel fundamental en este proceso. Por consiguiente, uno de sus principales objetivos comerciales es que se complete el MERCOSUR, mediante la inclusión en el régimen de libre comercio de los sectores actualmente excluidos (o sea, los automóviles y el azúcar), la eliminación gradual de las excepciones al AEC, la coordinación de las políticas económicas y la profundización de la integración en nuevos sectores. Otro elemento fundamental de la política del Brasil es la continuación de las negociaciones con la Unión Europea; las operaciones en que participan los Estados Unidos, que es el principal interlocutor comercial del Brasil, se realizan principalmente en el contexto de la iniciativa para la Zona de Libre Comercio de las Américas.

Nota para las redacciones

En los Exámenes de las Políticas Comerciales, ejercicio prescrito en los Acuerdos de la OMC, se examinan y se evalúan a intervalos regulares las políticas comerciales y relacionadas con el comercio de los países Miembros. También se siguen de cerca los acontecimientos importantes que pueden tener consecuencias para el sistema mundial de comercio. Para cada examen se elaboran dos documentos: una exposición de políticas que presenta el gobierno del Miembro objeto de examen, y un informe detallado que redacta de manera independiente la Secretaría de la OMC. Estos dos documentos son luego examinados por el conjunto de Miembros de la OMC en el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales (OEPC). Esos documentos y las actas de las reuniones del OEPC se publican poco después. Desde la entrada en vigor del Acuerdo sobre la OMC en 1995, los informes abarcan también las esferas de los servicios y de los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio.

En lo que respecta al presente examen, el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales examinará el informe de la Secretaría de la OMC y la exposición de políticas elaborada por el Brasil los días 30 de octubre y 1º de noviembre de 2000. El informe de la Secretaría abarca la evolución de todos los aspectos de las políticas comerciales del Brasil, inclusive sus leyes y reglamentos internos, el marco institucional y las políticas comerciales por medida y por sector.

Se adjuntan al presente comunicado de prensa las observaciones recapitulativas que figuran en el informe de la Secretaría y algunos extractos de la exposición de políticas del gobierno. Los periodistas pueden obtener el texto del informe de la Secretaría y de la exposición de políticas del gobierno en el espacio destinado a los comunicados de prensa en el sitio de la OMC en Internet (www.wto.org). Estos dos documentos, el acta de los debates del OEPC y el resumen del Presidente se publicarán oportunamente en una versión encuadernada y podrán obtenerse en la Secretaría, Centro William Rappard, 154 rue de Lausanne, 1211 Ginebra 21.

Desde diciembre de 1989 se han finalizado los siguientes exámenes: la Argentina (1992 y 1999), Australia (1989, 1994 y 1998), Austria (1992), Bahrein (2000), Bangladesh (1992 y 2000), Benin (1997), Bolivia (1993 y 1999), Botswana (1998), el Brasil (1992 y 1996), Burkina Faso (1998), Camerún (1995), el Canadá (1990, 1992, 1994, 1996 y 1998), Chile (1991 y 1997), Chipre (1997), Colombia (1990 y 1996), las Comunidades Europeas (1991, 1993, 1995, 1997 y 2000), Corea, República de (1992, 1996 y 2000), Costa Rica (1995), Côte d'Ivoire (1995), Egipto (1992 y 1999), El Salvador (1996), los Estados Unidos (1989, 1992, 1994, 1996 y 1999), Fiji (1997), Filipinas (1993), Finlandia (1992), Ghana (1992), Guinea (1999), Hong Kong (1990, 1994 y 1998), Hungría (1991 y 1998), la India (1993 y 1998), Indonesia (1991, 1994 y 1998), Islandia (1994 y 2000), Islas Salomón (1998), Israel (1994 y 1999), Jamaica (1998), el Japón (1990, 1992, 1995 y 1998), Kenya (1993 y 2000), Lesotho (1998), Macao (1994), Malasia (1993 y 1997), Malí (1998), Marruecos (1989 y 1996), Mauricio (1995), México (1993 y 1997), Namibia (1998), Nicaragua (1999), Nigeria (1991 y 1998), Noruega (1991, 1996 y 2000), Nueva Zelandia (1990 y 1996), el Pakistán (1995), Papua Nueva Guinea (1999), el Paraguay (1997), el Perú (1994 y 2000), Polonia (1993), la República Checa (1996), la República Dominicana (1996), la República Eslovaca (1995), Rumania (1992 y 1999), Senegal (1994), Singapur (1992, 1996 y 2000), Sri Lanka (1995), Sudáfrica (1993 y 1998), Suecia (1990 y 1994), Suiza (1991 y 1996), Swazilandia (1998), Tailandia (1991, 1995 y 1999), Tanzanía (2000), Togo (1999), Trinidad y Tabago (1998), Túnez (1994), Turquía (1994 y 1998), Uganda (1995), el Uruguay (1992 y 1998), Venezuela (1996), Zambia (1996) y Zimbabwe (1994).

 

Volver al principio

Informe de la Secretaría  

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
BRASIL
Informe de la Secretaría - Observaciones recapitulativas

Introducción

Desde su anterior examen de la política comercial, de 1996, el Brasil ha seguido aplicando su programa de reforma económica, que se inició hace más de 10 años y que, con el tiempo, ha dado lugar a la instauración de regímenes comerciales y de inversión visiblemente más abiertos. Así pues, en los 4 últimos años se han adoptado políticas sectoriales más neutrales y se ha creado un entorno descentralizado y más orientado al mercado, mediante la desreglamentación de los monopolios estatales y los precios, la liberalización de las inversiones y la privatización. La mejora resultante en la asignación de recursos y la mayor flexibilidad han ayudado a la economía a hacer frente con éxito a las crisis externas y de otro tipo, facilitando en particular una rápida recuperación de la crisis financiera que dio lugar a la flotación del real en 1999.

Ahora, la fijación del tipo de cambio por el mercado parece dar al Brasil la oportunidad de reducir, y quizás suprimir, algunas medidas que se adoptaron para limitar las importaciones o dar apoyo a las exportaciones, y acabar definitivamente con toda traza de las anteriores políticas centrípetas. Es más, ya se han tomado disposiciones en este sentido. No obstante, convendría introducir otras reformas para corregir el sesgo contrario a las exportaciones que prevalece en la estructura arancelaria, racionalizar el uso de las concesiones arancelarias y las medidas no arancelarias, reducir los restantes obstáculos a la inversión y mejorar los servicios de crédito. Estas y otras reformas destinadas a promover un equilibrio no distorsionado entre las exportaciones y el vasto mercado interno del Brasil, constituyen una estrategia positiva para conseguir y mantener un mayor crecimiento económico. Esto es importante porque el Brasil aún hace frente al antiguo reto de aumentar el PIB por habitante, que en términos reales apenas supera al de finales de los años ochenta.

EVOLUCIÓN MACROECONÓMICA

El principal acontecimiento de carácter macroeconómico que se ha registrado desde el anterior examen del Brasil fue la crisis financiera de finales de 1998, y la subsiguiente flotación del real en enero de 1999; desde entonces, la moneda se ha depreciado en un 30 por ciento aproximadamente frente al dólar de los Estados Unidos. El crecimiento económico ha sido irregular en los últimos años, y el PIB real ha aumentado a una tasa anual media aproximada del 1,7 por ciento durante 1996-99, cuando en los cuatro años anteriores la tasa había sido del 3,3 por ciento. Sin embargo, la actividad económica evolucionó mejor de lo previsto después de la crisis financiera, y las perspectivas apuntan a un crecimiento real del 4 por ciento en el año 2000. La inflación no ha superado el objetivo del 8 por ciento fijado por el Gobierno, lo que denota la firmeza de las políticas macroeconómicas, la falta de un mecanismo estructurado de indización y la diferencia aún considerable entre la producción real y la producción prevista.

La inversión extranjera directa (IED) ha aumentado sustancialmente desde 1996, superando la cifra de 30.000 millones de dólares de los EE.UU. en 1999. Aunque la privatización estimuló la IED, una proporción importante de ésta ha sido autónoma, lo que refleja el atractivo del vasto mercado interno, el mejor acceso a otros mercados del MERCOSUR y las políticas más orientadas al mercado. Las corrientes de IED cubren con creces el déficit en cuenta corriente (4,5 por ciento del PIB en 1999). Este déficit ha disminuido, a pesar de que el crecimiento de las exportaciones se vio frenado por un empeoramiento de la relación de intercambio; no obstante, parece causar una cierta preocupación, debida en parte a la considerable deuda exterior del Brasil, y las autoridades tratan de mejorar los resultados de la exportación para reducir el déficit comercial o incluso conseguir un superávit. Así pues, la política comercial del Brasil consta de una serie de medidas destinadas a promover las exportaciones, mediante el apoyo financiero y la facilitación del comercio.

Durante el período en examen el comercio del Brasil como porcentaje del PIB permaneció estable en un 20 por ciento aproximadamente. No se han registrado cambios de importancia en la composición del comercio de mercancías, y la participación de los productos primarios en las exportaciones totales ha disminuido muy poco, con un incremento correspondiente de las exportaciones de manufacturas, en particular aeronaves y productos de la industria del automóvil. El Brasil sigue siendo el principal exportador mundial de varios productos agrícolas, entre ellos el café, el jugo de naranja y el azúcar. Los mercados más importantes para el Brasil son los Estados Unidos y el MERCOSUR, en especial la Argentina, seguidos por la Unión Europea (UE). Los principales proveedores del Brasil son, en orden decreciente de importancia, la UE, los Estados Unidos y la Argentina.

ENTORNO INSTITUCIONAL

No se han registrado cambios importantes en la estructura general de la formulación y la aplicación de las políticas comerciales en el Brasil. La Cámara de Comercio Exterior (CAMEX), creada en 1995, formula y coordina la política comercial. CAMEX está presidida por el Ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, y de ella forman parte otros cinco ministros y el Presidente del Banco Central. La Cámara coordina la aplicación de sus decisiones, pero cada ministro retiene la responsabilidad de las cuestiones que son de su competencia.

El comercio exterior del Brasil está regulado por un elevado número de leyes, medidas provisionales, decretos y resoluciones, que han creado una densa red legislativa; su simplificación, por ejemplo mediante la ley mercantil única mencionada en el anterior examen del Brasil, podría promover la transparencia. Las leyes relacionadas con el comercio son objeto de enmiendas frecuentes, mediante, entre otras cosas, la adopción de medidas provisionales promulgadas autónomamente por el Presidente. Algunas enmiendas han contribuido a acelerar ciertas reformas, pero es posible que también hayan reducido la previsibilidad de las reglamentaciones para los comerciantes.

La IED ha sido estimulada por las políticas favorables del Brasil, que generalmente conceden trato nacional a todas las inversiones extranjeras. El Gobierno Federal no otorga incentivos especiales a las IED que no sean los proporcionados a las inversiones en general, que varían según los estados. Los restantes obstáculos al comercio, junto con el entorno relativamente liberal para las inversiones, han facilitado probablemente la práctica de eludir los derechos de aduana por parte de los inversores externos. A medida que la economía se hace más abierta y continúa el proceso de privatización, la política de la competencia está adquiriendo mayor importancia en el Brasil.

EVOLUCIÓN DE LA POLÍTICA COMERCIAL

El principal instrumento comercial del Brasil es el arancel, cuya estructura y nivel vienen determinados en gran medida por un programa de convergencia con el arancel exterior común del MERCOSUR (AEC). En 1997 el Brasil procedió a aumentar temporalmente el arancel en 3 puntos porcentuales. Además, los aranceles sobre los bienes de capital no producidos en el país se aumentaron del 0 al 5 por ciento. De resultas de ello, desde 1996 el arancel medio NMF ha pasado del 12,5 al 13,7 por ciento; el aumento temporal de 3 puntos porcentuales ha de quedar sin efecto al final del año 2000. Aunque la dispersión ha disminuido, se mantiene la progresividad arancelaria. El Brasil ha consolidado su arancel pero, en su mayor parte, a niveles más altos que los aplicados; reducir esta diferencia contribuiría a mejorar la previsibilidad. Un cierto número de tarifas del arancel son superiores a los niveles consolidados, pero la legislación brasileña prescribe que en estos casos se respeten las consolidaciones.

Como se preveía en el anterior examen, el Brasil ha simplificado los procedimientos de importación mediante la aplicación de SISCOMEX, un sistema informático de despacho de aduanas. En 1999 se dejaron sin efecto las normas de financiación de las importaciones impuestas en 1997. Estas disposiciones obligaban con frecuencia a los importadores a comprar divisas para pagar las importaciones, en el momento de la importación o 180 días antes. Todavía están en vigor el “derecho de faro”, aplicado solamente a las embarcaciones de pabellón extranjero, y el impuesto para la renovación de la marina mercante (AFRMM), que grava las importaciones transportadas por mar.

Existen licencias automáticas de importación con fines estadísticos y para el seguimiento de las corrientes comerciales. Entre las importaciones en régimen de licencias no automáticas figuran las de productos sujetos a derechos nulos de importación, contingentes arancelarios, el régimen de desgravación fiscal o la “Ley de productos similares”. Esta última tiene por finalidad impedir la importación de mercancías cuando se producen mercancías similares en el país; de ordinario se aplica a casos concretos, por ejemplo, ciertas importaciones del sector público o importaciones de bienes de capital. El Brasil ha celebrado consultas con algunos Miembros de la OMC acerca de su régimen de licencias de importación, que está siendo reconsiderado. Algunas prohibiciones a la importación parecen imponerse principalmente por motivos económicos, como la prohibición de importar automóviles de segunda mano y otros varios bienes de consumo.

El Brasil recurre activamente a las medidas especiales, principalmente las medidas antidumping: hay unas 46 medidas antidumping en vigor. Entre 1996 y 1999 se iniciaron 72 investigaciones antidumping, que dieron lugar a la imposición de derechos definitivos en 36 casos. Productos brasileños han sido objeto de varias investigaciones antidumping en mercados exteriores. El Brasil apoya las negociaciones sobre el Acuerdo Antidumping de la OMC. Se aplican medidas de salvaguardia a los juguetes -excepto los importados de algunos países en desarrollo- que se han prorrogado hasta el final del año 2003. Durante el período en examen el Brasil aplicó también la salvaguardia de transición del Acuerdo sobre los Textiles y el Vestido.

La promoción de las exportaciones ha sido uno de los elementos fundamentales de la política comercial del Brasil, destinado en parte a compensar las insuficiencias nacionales, como la escasez de la infraestructura, la poca eficiencia de la intermediación financiera, un sistema fiscal en cascada y, hasta 1999, una moneda excesivamente valorada. Existen varios programas de financiación de las exportaciones y fondos de garantía de la exportación, entre ellos PROEX, programa de créditos a la exportación que ha suscitado una diferencia en la OMC. Asimismo, el Brasil recurre frecuentemente a los programas de apoyo regional en forma de incentivos fiscales, incluidas las exenciones de impuestos y derechos para actividades seleccionadas, en particular las de la industria del automóvil. En principio todos los productos están sujetos a gravámenes a la exportación pero, después del establecimiento de un derecho nulo sobre el azúcar, en la actualidad sólo el cuero curtido parece estar gravado.

Desde 1996 la protección de los derechos de propiedad intelectual se fomenta mediante la promulgación de nuevas leyes y la intensificación de las medidas destinadas a garantizar su observancia. El Brasil no es miembro del Acuerdo sobre Contratación Pública de la OMC. En general, la ley prevé un trato no discriminatorio para todos los ofertantes, pero en algunos casos se da preferencia a proveedores o productos nacionales.

EVOLUCIÓN DE LAS POLÍTICAS SECTORIALES

La participación del Estado en las actividades de producción ha disminuido considerablemente, y las distorsiones en los incentivos intersectoriales se han reducido mediante la adopción gradual de políticas sectoriales más neutrales, por ejemplo limitando o suprimiendo los programas especiales para la producción de alcohol y la informática. Sin embargo, algunas políticas vigentes reflejan las anteriores estrategias de sustitución de las importaciones, y los incentivos favorecen algunas actividades, a la vez que gravan implícitamente otras. Así por ejemplo, se aplican aranceles muy superiores a la media a las bebidas, el tabaco, los muebles, el vestido y el calzado, mientras que la dispersión arancelaria es especialmente alta para el equipo de transporte y los productos electrónicos.

El Brasil cuenta con un sector manufacturero sumamente diversificado. Durante el período en examen se organizaron programas específicos de apoyo a este sector, aplicados al acero, los automóviles, las aeronaves y la industria de construcción naval. Con frecuencia estas industrias se benefician también de la asistencia oficial en otros importantes países productores. El régimen aplicable a la industria del automóvil en el Brasil fue desmantelado en gran parte en diciembre de 1999, como estaba previsto. La asistencia a la industria aeronáutica mediante la financiación de las exportaciones ha contribuido al dinamismo de este sector, y especialmente a la mejora de los resultados de la exportación.

El Brasil es uno de los principales productores y exportadores mundiales de productos agrícolas. La intervención del sector público en este sector ha disminuido; los programas de ayuda, en su mayor parte de precios mínimos y crédito rural a intereses preferentes, están destinados especialmente a los agricultores de bajos ingresos en zonas desfavorecidas. La asistencia a la agricultura parece moderada, sobre todo si se tienen en cuenta las distorsiones de mercado creadas por la ayuda dada a la agricultura en otros países, problema éste que sigue causando gran preocupación a las autoridades brasileñas.

Desde 1996 se han registrado cambios importantes que han afectado al sector energético del Brasil. El proceso de privatización de la energía eléctrica, complementado por el marco reglamentario introducido en 1998, ha atraído un considerable volumen de inversión privada. Los planes actuales para aumentar la participación del sector privado en la empresa nacional de petróleos son consecuencia de la aprobación de una nueva ley del petróleo en 1997. No obstante, la participación estatal en este sector es aún considerable; además, subsisten limitaciones a la participación de capital y la contratación extranjeras, así como controles de precios.

Desde 1996 se ha producido una importante liberalización del sector de los servicios, principalmente las telecomunicaciones y los servicios financieros. La implantación de bancos extranjeros desde 1996 ha intensificado la competencia y ha aumentado la eficiencia del sistema bancario, pero las persistentes diferencias de los tipos de interés, aún relativamente importantes, hacen pensar que es posible conseguir una mayor eficiencia. Las reformas todavía no han promovido las mejoras necesarias en sectores tales como los transportes. Así pues, parece esencial un mayor empeño en mejorar el suministro de servicios, para contribuir a la estrategia de desarrollo orientada al exterior.

POLÍTICA COMERCIAL E INTERLOCUTORES COMERCIALES EXTRANJEROS

El Brasil concede como mínimo el trato NMF a todos sus interlocutores comerciales. El principal objetivo de su política comercial es llevar a la práctica los acuerdos comerciales negociados a comienzos de los años noventa, o sea la Ronda Uruguay y el MERCOSUR. Otro elemento fundamental de esa política es la mejora de las condiciones de acceso a los mercados de los productos brasileños.

El Brasil es Miembro fundador de la OMC. Los acuerdos multilaterales son parte integrante de la legislación brasileña y están al mismo nivel jerárquico que las leyes corrientes. En su condición de país en desarrollo, el Brasil se benefició de un período de transición para aplicar algunos de los compromisos previstos en los diversos Acuerdos de la OMC. Desde 1996 el Brasil ha participado en 16 casos de solución de diferencias en el marco de la OMC, 7 como demandante y 9 como demandado; además, ha intervenido en condición de tercero en 4 diferencias.

El Brasil participó activamente en las negociaciones multilaterales sobre servicios financieros y en las negociaciones sobre las telecomunicaciones básicas, haciendo ofertas en ambos sectores que mejoraban los compromisos contraídos en la Ronda Uruguay. En julio de 2000, el Brasil informó al Consejo del Comercio de Servicios de la OMC de su decisión de no ratificar el Cuarto Protocolo sobre Telecomunicaciones Básicas, y sometió una nueva lista de compromisos a la consideración de los Miembros de la OMC. A mediados del año 2000, el Congreso del Brasil estaba debatiendo todavía el Quinto Protocolo sobre Servicios Financieros.

El Brasil atribuye gran importancia a la profundización de la integración en América del Sur; es la mayor economía y el principal país comerciante de la región y desempeña un papel fundamental en este proceso. Por consiguiente, uno de sus principales objetivos comerciales es que se complete el MERCOSUR, mediante la inclusión en el régimen de libre comercio de los sectores actualmente excluidos (o sea, los automóviles y el azúcar), la eliminación gradual de las excepciones al AEC, la coordinación de las políticas económicas y la profundización de la integración en nuevos sectores. Otro elemento fundamental de la política del Brasil es la continuación de las negociaciones con la Unión Europea; las operaciones en que participan los Estados Unidos, que es el principal interlocutor comercial del Brasil, se realizan principalmente en el contexto de la iniciativa para la Zona de Libre Comercio de las Américas.

 

Volver al principio

Informe del Gobierno  

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
BRASIL
Informe del Gobierno — Parte V

EVOLUCIÓN FUTURA DE LA POLÍTICA COMERCIAL

El Gobierno brasileño comparte la opinión de que la economía internacional se caracteriza actualmente por la existencia de un proceso sumamente dinámico de creciente internacionalización e integración de las economías nacionales. La mundialización, como se suele denominar a ese proceso, probablemente continuará marcando la evolución de la economía internacional en el futuro previsible.

El Brasil, a causa de la diversidad de su comercio exterior, desde el punto de vista tanto de los productos como de los interlocutores comerciales, viene participando tradicionalmente de forma activa en todos los trabajos encaminados a reforzar el sistema multilateral de comercio.

De esas condiciones objetivas se desprenden los elementos centrales de la política comercial del Brasil, dirigida a minimizar los riesgos y maximizar las oportunidades que el proceso de mundialización entraña para las actividades nacionales orientadas al desarrollo socioeconómico, con ayuda del continuo mejoramiento de las disciplinas que rigen el comercio exterior.

Este esfuerzo de ajuste de la economía brasileña al nuevo contexto internacional se traduce, en el ámbito nacional, por la continuidad y la profundización del proceso de desreglamentación y privatización de la economía, junto con el establecimiento de la base institucional y jurídica necesaria para un desarrollo económico sostenido. Se están modificando los mecanismos del Estado, el sistema fiscal y la seguridad social para asegurar un crecimiento económico sostenido y el continuo mejoramiento de las condiciones de vida de la población brasileña.

En el plano exterior, el objetivo fundamental de la política comercial del Brasil es la expansión de las oportunidades de que el sector privado brasileño participe en las corrientes del comercio internacional. La política de apertura de la economía brasileña, aplicada a lo largo de todo el decenio de 1990, ha reportado innegables ventajas en materia de modernización, de productividad y de competitividad. Ahora bien, también ha llevado a un considerable aumento de las importaciones. Para que ese proceso sea sostenible será necesario, a largo plazo, que los bienes y servicios brasileños tengan un acceso paralelo a los mercados extranjeros.

Las sucesivas rondas de negociación del GATT, junto con las políticas nacionales de liberalización del comercio, han llevado en los últimos decenios, por una parte, a una reducción considerable del nivel de los derechos de aduana, derechos que, con pocas excepciones son el principal obstáculo al comercio internacional. Por otra parte, en la mayoría de los países desarrollados se han establecido una serie de reglamentaciones y de medidas no arancelarias que son sutiles y no totalmente transparentes y que actualmente constituyen la principal restricción al acceso al mercado internacional. Los países en desarrollo tropiezan todavía, para el acceso de sus productos agropecuarios a los mercados, con discriminaciones tales como el no reconocimiento automático de las zonas libres de enfermedades, los requisitos previos adicionales para la certificación, los controles injustificables en las fronteras, la determinación de la procedencia, los rigurosos requisitos impuestos a los productores extranjeros, y otras medidas.

El proceso de amplia apertura del mercado emprendido por el Brasil desde principios del decenio de 1990 no ha llevado a un acceso proporcional a los mercados extranjeros, como se esperaba, desde el punto de vista de la reducción de los obstáculos al comercio en sus principales mercados de exportación. Por el contrario, en muchos sectores, especialmente aquellos en los que el Brasil es muy competitivo, los países desarrollados han mantenido o incluso reforzado sus medidas proteccionistas.

Esta situación se refleja en los déficit registrados en el curso de los últimos cinco años en el comercio del Brasil con sus principales mercados de importación. En el período 1995-1999, el comercio con la Unión Europea, los Estados Unidos y el Japón fue constantemente negativo, con unos déficit acumulados de, respectivamente, 6.526 millones, 12.215 millones y 1.655 millones de dólares de los EE.UU.

En lo que se refiere al comercio con los Estados Unidos, los principales productos de exportación afectados por medidas restrictivas son los siguientes: textiles, azúcar y tabaco (contingentes); jugo de naranja, calzado y alcohol etílico (derechos de aduana específicos elevados); acero y jugo de naranja (derechos antidumping); y frutas y verduras, carne de bovino y aves de corral (restricciones sanitarias y fitosanitarias).

Dentro de la Unión Europea, todavía hay diferencias de procedimiento entre los Miembros, particularmente las amplias prescripciones en materia de legislación ambiental y de certificación que tienen repercusiones proteccionistas. En el mercado europeo, las exportaciones brasileñas tropiezan con diferentes tipos de obstáculos: restricciones sanitarias y fitosanitarias, contingentes (azúcar, bananos, productos de pescado, carne de bovino Hilton, textiles y aves de corral), derechos antidumping y compensatorios (silicio, hierro y glutamato monosódico) y obstáculos técnicos (tales como prescripciones injustificadas en materia de etiquetado).

Por otra parte, todavía subsisten distorsiones graves y bien conocidas. Esas restricciones se deben a que los países desarrollados aplican, muy frecuentemente de forma unilateral, políticas y prácticas que tienen repercusiones negativas sobre el equilibrio de las relaciones comerciales en el plano internacional.

El proceso encaminado a una mayor integración de la economía mundial se desarrolla en varios frentes. El MERCOSUR constituye la primera frontera exterior de la economía brasileña, cuyo objetivo actual es completar y mejorar la unión aduanera mediante la inclusión de nuevos sectores, la consolidación progresiva del Arancel Exterior Común y la profundización de la integración en nuevas esferas, tales como la contratación pública, los servicios, las normas técnicas y la coordinación de las políticas macroeconómicas.

Fuera del MERCOSUR, se está tratando de establecer, para fines del año 2001, una zona económica más amplia dentro de Sudamérica mediante la conclusión de un acuerdo de libre comercio entre el MERCOSUR y la Comunidad Andina, dado que Sudamérica es uno de los principales interlocutores comerciales del Brasil.

Al nivel del Hemisferio, está previsto que las negociaciones para la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) concluyan en 2005. Se trata de un proyecto de gran envergadura, con profundas repercusiones para la economía brasileña.

Además, el MERCOSUR ha iniciado negociaciones con la Unión Europea para mejorar las relaciones comerciales entre las dos uniones aduaneras. Para el Brasil, tales negociaciones no deben excluir, en un principio, ningún bien ni ningún servicio, y deben adoptar la concepción del todo único. La conclusión de esas negociaciones debería coincidir con la de las negociaciones en el contexto del Hemisferio en el año 2005.

Los proyectos del Brasil en materia de política comercial en los planos subregional, regional e interregional no se consideran, ni se pueden considerar, como una alternativa al sistema multilateral de comercio. Los Acuerdos de la OMC constituyen el marco normativo fundamental para la inserción del Brasil en la economía internacional. El enfoque adoptado por el Brasil en lo que se refiere a la función central del sistema multilateral de comercio se reflejó en el apoyo que prestó, en la Tercera Conferencia Ministerial de la OMC, a la celebración de una nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales. El Brasil cree que tal ronda sería una oportunidad de redoblar los esfuerzos por mejorar el sistema multilateral de comercio, particularmente mediante la posibilidad de corregir las distorsiones persistentes en el sistema, que han resultado evidentes en la aplicación de los Acuerdos de la Ronda Uruguay, especialmente en el sector agropecuario y en ciertas disciplinas.