Cuestiones abarcadas por los Comités y Acuerdos de la OMC
EXÁMENES DE LA POLÍTICAS COMERCIALES: PRIMER COMUNICADO DE PRENSA, RESUMEN DEL INFORME DE LA SECRETARÍA Y DEL INFORME DEL GOBIERNO

COMMUNICADO DE PRENSA
PRENSA/TPRB/166
7 de junio de 2001

Miembros de la OMC en la Organización de Estados del Caribe Oriental — (OECO): junio de 2001

El informe de la Secretaría de la OMC, junto con las exposiciones de políticas de los Gobiernos de estos países, constituirán la base del primer examen de las políticas comerciales de los Miembros de la OMC en la OECO que llevará a cabo el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales los días 5 y 7 de junio de 2001.

Los países de la Organización de Estados del Caribe Oriental se benefician de una intensa participación en el comercio internacional a pesar de las limitaciones de su reducido tamaño

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Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas (Miembros de la OMC en la OECO) han logrado, como grupo, un ingreso per cápita medio de aproximadamente 4.800 dólares EE.UU. Esto está relacionado con su intensa participación en el comercio internacional que, a pesar de las deficiencias de sus regímenes comerciales, ha permitido que aumentaran las exportaciones de servicios y que las importaciones satisficieran la mayor parte de sus necesidades internas. Empero, según un informe de la OMC sobre las políticas y prácticas comerciales de los Miembros de la OMC en la OECO, existen grandes disparidades entre los diferentes países y en cada uno de ellos, y su bajo nivel demográfico da como resultado un elevado costo per cápita de la infraestructura socioeconómica.

El informe dice que los Miembros de la OMC en la OECO están logrando reducir la dependencia de la agricultura en favor de las actividades terciarias, en especial el turismo y los servicios extraterritoriales. No obstante, siguen siendo vulnerables a las conmociones externas debido, en parte, a que las estructuras de producción locales reflejan a veces preferencias unilaterales de larga data concedidas por algunos interlocutores comerciales. Además, su pequeña dimensión los expone a las deseconomías de escala, tanto en la producción de bienes como en la prestación de servicios del Estado y de otra índole. Los Miembros de la OMC en la OECO están además confrontados a elevados costos de transporte y de mano de obra y a los efectos de los huracanes. Estos factores perjudican a las exportaciones, que se realizan casi exclusivamente en condiciones preferenciales, en su mayor parte a la Unión Europea, a los Estados Unidos y a otros miembros de la CARICOM. Las fuentes principales de las importaciones son los Estados Unidos, el Reino Unido y la CARICOM.

Los Miembros de la OMC en la OECO determinan y aplican la política comercial en el marco de una estructura de múltiples estratos, que tienden a armonizar los intereses nacionales con los de la OECO y la CARICOM y con otras consideraciones de carácter multilateral. Al entrar en vigor los Acuerdos de la OMC se establecieron nuevas normas que aún no están plenamente incorporadas en las leyes nacionales de todos los Miembros de la OECO. Además, en su mayoría, están retrasados en el cumplimiento de sus obligaciones de notificación. Una participación más activa de estos países en la OMC beneficiaría a todos, en especial a ellos mismos, cuyos intereses nacionales están mejor protegidos en el contexto de un sistema multilateral fuerte.

El informe señala que, si bien en teoría la política comercial se coordina a nivel de la OECO y la CARICOM, en la práctica existen diferencias de un país a otro. Todos los Miembros de la OMC en la OECO aplican el Arancel Exterior Común (AEC) de la CARICOM a las importaciones procedentes de terceros países, a tipos de hasta el 35 por ciento en el caso de los productos industriales y del 40 por ciento en el de los productos agropecuarios. Empero, los derechos de importación (aranceles más impuestos de aduana) varían sensiblemente de un Miembro a otro, debido a las muchas concesiones que efectúa la CARICOM en materia de suspensiones y reducciones arancelarias, y a las excepciones nacionales al AEC. Si bien en 1991 se estableció una lista de reducciones del AEC dividida en cuatro fases, que debía completarse en 1998, pocos Miembros la han cumplido en su totalidad. Antigua y Barbuda y Saint Kitts y Nevis no han llegado a la Fase IV debido a problemas fiscales; en el caso de Dominica, se prevé que lo hará el 1° de julio de 2001. La reducción del AEC ha causado algunos problemas de aplicación en Granada, donde los derechos de importación son superiores a los tipos consolidados en el marco de la OMC en el caso de algunos productos.

Siguen vigentes algunas medidas comerciales no arancelarias, particularmente las licencias de importación no automáticas, las prescripciones en materia de contenido nacional y los cupos de importación: los Miembros de la OMC en la OECO aplican restricciones cuantitativas a varios productos, por lo general con la intención de proteger industrias incipientes. Esas restricciones, cuya arancelización está prevista para fines del año 2005, afectan a varios productos (entre ellos, la cerveza y las bebidas gaseadas, el curry y la pasta). De todos los Miembros de la OMC en la OECO, sólo Dominica ha reemplazado casi todas las restricciones cuantitativas por derechos de importación, a partir de 1998. Ninguno de los Miembros de la OMC en la OECO concede subvenciones directas a la exportación, pero se otorgan concesiones sobre la base de cada caso en particular mediante incentivos a la inversión, que pueden llegar a redundar en grandes beneficios para los receptores y ocasionar costos a los contribuyentes.

Los Miembros de la OMC en la OECO tienen economías orientadas a los servicios. Todos ellos han asumido compromisos en el marco del AGCS con respecto a la construcción y administración de hoteles, con sujeción a limitaciones relativas al número de habitaciones, así como con respecto a los servicios de recreación y deportes; asimismo, todos ellos han asumido compromisos en materia de reaseguro, con la excepción de Saint Kitts y Nevis. En los demás sectores, los compromisos varían según el país y en general son limitados. La presencia comercial se encuentra mayormente abierta a la inversión extranjera en casi todos los sectores de servicios, pero todavía existen restricciones en el caso de actividades específicas reservadas a los nacionales o bien sujetas a prescripciones adicionales para los extranjeros.

El turismo es la actividad económica más importante, seguida por los servicios extraterritoriales, financieros y de otra índole; ambos, combinados, proporcionan más del 50 por ciento de sus ingresos de divisas. Se espera que el turismo siga siendo el principal motor del crecimiento, en particular gracias a sus efectos en materia de inversión; en este sector se otorgan incentivos para promover la construcción y renovación de hoteles. Se conceden exenciones impositivas al sector de los servicios extraterritoriales, cuya legislación se ha modificado últimamente a raíz de la presión ejercida a nivel internacional; el objetivo declarado de algunos Miembros de la OMC en la OECO es eliminar gradualmente la distinción entre actividades territoriales y extraterritoriales. Se lleva a cabo actualmente una liberalización gradual y coordinada del sector de las telecomunicaciones con excepción de Antigua y Barbuda donde el mercado está controlado por dos empresas y existe el proyecto de privatizar parcialmente una de ellas.

La actividad agropecuaria está disminuyendo pero aún es importante, y es probable que repunte en cierta medida. Tras algunos problemas relacionados con la calidad y con la erosión de las preferencias, en los últimos años se ha reducido la dependencia del banano que han tenido tradicionalmente las Islas de Barlovento (Dominica, Granada, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas) para obtener ingresos de exportación, pero el banano continúa siendo el cultivo más importante de Dominica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas. En Granada, donde el cultivo principal es la nuez moscada, la producción de banano se ha reducido drásticamente. En Saint Kitts y Nevis el futuro del sector del azúcar se encuentra en estudio debido a los elevados costos de producción. Las actividades manufactureras tienen una pequeña pero creciente incidencia en la economía de los países de la OECO.

Nota para las redacciones

En los exámenes de las políticas comerciales, ejercicio prescrito en los Acuerdos de la OMC, se examinan y se evalúan a intervalos regulares las políticas comerciales y relacionadas con el comercio de los países Miembros. También se siguen de cerca los acontecimientos importantes que pueden tener consecuencias para el sistema mundial de comercio. Para cada examen se elaboran dos documentos: una exposición de políticas que presenta el Miembro objeto de examen, y un informe detallado que redacta de manera independiente la Secretaría de la OMC. Estos dos documentos son luego examinados por el conjunto de Miembros de la OMC en el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales (OEPC). Esos documentos y las actas de las reuniones del OEPC se publican poco después. Desde la entrada en vigor del Acuerdo sobre la OMC en 1995, los informes abarcan también las esferas de los servicios y de los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio.

En lo que respecta al presente examen, el Órgano de Examen de las Políticas Comerciales examinará el informe de la Secretaría de la OMC y las exposiciones de políticas preparadas por los Gobiernos de los Miembros de la OMC en la OECO los días 5 y 7 de junio de 2001. El informe de la Secretaría abarca la evolución de todos los aspectos de las políticas comerciales de los seis Miembros de la OMC en la OECO incluidos sus leyes y reglamentos internos, el marco institucional y las políticas comerciales por medida y por sector.

Se adjuntan al presente comunicado de prensa las observaciones recapitulativas que figuran en el informe de la Secretaría y algunos extractos de la exposición de políticas común de los Gobiernos. Los periodistas pueden obtener el texto completo del informe de la Secretaría y de todas las exposiciones de políticas de los Gobiernos en el espacio destinado a los comunicados de prensa en el sitio de la OMC en Internet (www.wto.org). Estos documentos, el acta de los debates del OEPC y el resumen del Presidente se publicarán oportunamente en una versión encuadernada y podrán obtenerse en la Secretaría, Centro William Rappard, 154 rue de Lausanne, 1211 Ginebra 21.

Desde diciembre de 1989 se han finalizado los siguientes exámenes: la Argentina (1992 y 1999), Australia (1989, 1994 y 1998), Austria (1992), Bahrein (2000), Bangladesh (1992 y 2000), Benin (1997), Bolivia (1993 y 1999), Botswana (1998), el Brasil (1992, 1996 y 2000), Brunei Darussalam (2001), Burkina Faso (1998), Camerún (1995), el Canadá (1990, 1992, 1994, 1996, 1998 y 2000), Chile (1991 y 1997), Chipre (1997), Colombia (1990 y 1996), las Comunidades Europeas (1991, 1993, 1995, 1997 y 2000), Corea, República de (1992, 1996 y 2000), Costa Rica (1995 y 2001), Côte d'Ivoire (1995), Egipto (1992 y 1999), El Salvador (1996), los Estados Unidos (1989, 1992, 1994, 1996 y 1999), Fiji (1997), Filipinas (1993 y 1999), Finlandia (1992), Ghana (1992 y 2001), Guinea (1999), Hong Kong (1990, 1994 y 1998), Hungría (1991 y 1998), la India (1993 y 1998), Indonesia (1991, 1994 y 1998), Islandia (1994 y 2000), Islas Salomón (1998), Israel (1994 y 1999), Jamaica (1998), el Japón (1990, 1992, 1995, 1998 y 2000), Kenya (1993 y 2000), Lesotho (1998), Macao (1994 y 2001), Madagascar (2001), Malasia (1993 y 1997), Malí (1998), Marruecos (1989 y 1996), Mauricio (1995), México (1993 y 1997), los Miembros de la OMC en la OECO (2001), Mozambique (2001), Namibia (1998), Nicaragua (1999), Nigeria (1991 y 1998), Noruega (1991, 1996 y 2000), Nueva Zelandia (1990 y 1996), el Pakistán (1995), Papua Nueva Guinea (1999), el Paraguay (1997), el Perú (1994 y 2000), Polonia (1993 y 2000), la República Checa (1996), la República Dominicana (1996), la República Eslovaca (1995), Rumania (1992 y 1999), el Senegal (1994), Singapur (1992, 1996 y 2000), Sri Lanka (1995), Sudáfrica (1993 y 1998), Suecia (1990 y 1994), Suiza (conjuntamente con Liechtenstein) (1991, 1996 y 2000), Swazilandia (1998), Tailandia (1991, 1995 y 1999), Tanzanía (2000), Togo (1999), Trinidad y Tabago (1998), Túnez (1994), Turquía (1994 y 1998), Uganda (1995), el Uruguay (1992 y 1998), Venezuela (1996), Zambia (1996) y Zimbabwe (1994).

 

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Informe de la Secretaría  

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
MIEMBROS DE LA OMC EN LA OECO
Informe de la Secretaría — Observaciones recapitulativas

Introducción

Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas (Miembros de la OMC en la OECO) son pequeños Estados insulares independientes que mantienen estrechos vínculos comerciales; todos ellos son miembros de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO). Como grupo, se cuentan entre los países en desarrollo Miembros de la OMC que gozan de una mejor situación económica, con un ingreso per cápita medio de alrededor de 6.500 dólares EE.UU. Esto está ligado a su intensa participación en el comercio internacional que, a pesar de las deficiencias de sus regímenes comerciales, permite que las exportaciones de servicios crezcan y que las importaciones satisfagan la mayor parte de sus necesidades internas.

Los Miembros de la OMC en la OECO están logrando reducir la dependencia de la agricultura en favor de las actividades terciarias, en especial el turismo y los servicios extraterritoriales. No obstante, siguen siendo vulnerables a las conmociones externas debido, en parte, a que las estructuras de producción locales suelen reflejar preferencias unilaterales de larga data concedidas por algunos interlocutores comerciales. Por otra parte, algunas medidas internas, que favorecen unas actividades en perjuicio de otras, han introducido distorsiones. Con el transcurso del tiempo, se ha reducido la competitividad internacional a largo plazo y han surgido economías de altos costos.

Los seis Miembros en examen aplican el Arancel Exterior Común de la CARICOM; en la práctica, si bien los derechos de importación (aranceles más impuestos de aduana) han bajado en los últimos años, siguen siendo relativamente elevados y varían según los países. En ello se refleja la relativa fragilidad de la posición fiscal de cada país y la presión de grupos internos que tratan de obtener beneficios mediante una mayor protección arancelaria o concesiones. Por otra parte, siguen vigentes algunas medidas comerciales no arancelarias, particularmente las licencias no automáticas, las prescripciones en materia de contenido nacional y los cupos de importación. Ninguno de los Miembros de la OMC en la OECO concede subvenciones directas a la exportación, pero se otorgan concesiones sobre la base de cada caso en particular mediante incentivos a la inversión, que pueden llegar a redundar en grandes beneficios para los receptores y ocasionar costos a los contribuyentes.

Los Miembros de la OMC en la OECO determinan y aplican la política comercial en el marco de una estructura de múltiples estratos, en la cual se trata de armonizar los intereses nacionales con los de la OECO y la CARICOM y con otras consideraciones de carácter multilateral. Al entrar en vigor los Acuerdos de la OMC se han establecido nuevas normas que todavía no se han incorporado totalmente en las leyes nacionales de todos los Miembros de la OECO; además, en su mayoría están retrasados en el cumplimiento de sus obligaciones de notificación. Una participación más activa de estos países en la OMC beneficiaría a todos, en especial a ellos mismos, ya que sus intereses nacionales están mejor protegidos en el contexto de un sistema multilateral fuerte. Los costos administrativos de tal participación y los recursos limitados que podrían destinar esos Miembros parecerían indicar la necesidad de delegar mayores responsabilidades en las estructuras regionales, sobre la base de la experiencia recogida en el seno de la OECO en cuestiones comerciales y del Banco Central del Caribe Oriental en cuestiones monetarias.

Marco económico e institucional

Las economías de los Miembros de la OMC en la OECO se caracterizan por la escasez recurrente del ahorro respecto de la inversión; para financiar el déficit de su balanza en cuenta corriente, que oscila entre el 20 y el 30 por ciento del PIB, necesitan una importante afluencia de capital. El último decenio el crecimiento ha sido bastante dispar: dado el pequeño volumen de las economías, un desastre natural puede traducirse en una recesión y el posterior proceso de reconstrucción, en una ola de prosperidad. Si bien las tasas de crecimiento difieren considerablemente de un país a otro, en promedio oscilan entre el 3 y el 4 por ciento anual. La tasa de inflación en general ha sido baja en los últimos años, con niveles similares a los de la inflación internacional.

Los Miembros de la OMC en la OECO participan en la Unión Monetaria del Caribe Oriental (ECCU). Desde 1976 el Banco Central del Caribe Oriental (ECCB), con sede en Saint Kitts, es el encargado de la política monetaria y cambiaria de la OECO, y mantiene al dólar del Caribe Oriental vinculado al dólar de los Estados Unidos a un tipo de 2,70 dólares EC por dólar EE.UU. La política fiscal de cada uno de los países por lo general se ha orientado a obtener un superávit (en cuenta corriente) operacional. La balanza fiscal global de los países de la OECO arroja déficit, en gran medida debido al enorme gasto de capital ligado a proyectos públicos.

La pequeña dimensión de los Miembros de la OMC en la OECO los vuelve vulnerables a las deseconomías de escala, tanto en la producción de bienes como en la prestación de servicios del Estado y de otra índole. La participación en el mercado regional integrado que está estableciendo la CARICOM trata de dar solución a este problema. Por otra parte, los Miembros de la OMC en la OECO tienen elevados costos de transporte y de mano de obra y están expuestos a los efectos de los huracanes. Las exportaciones padecen esos elevados costos y se realizan casi exclusivamente en condiciones preferenciales, dirigidas en su mayor parte a la Unión Europea, a los Estados Unidos y a otros miembros de la CARICOM; las fuentes principales de las importaciones son los Estados Unidos, el Reino Unido y la CARICOM.

Casi todos los Miembros de la OMC en la OECO han experimentado dificultades para cumplir las obligaciones de notificación así como para modificar su legislación nacional a fin de adaptarla a los Acuerdos de la OMC. La principal razón parece ser la falta de recursos humanos y de infraestructura adecuada. Ahora bien, desde que se inició el presente examen, algunos de los Miembros, en particular Dominica y Santa Lucía, han efectuado un esfuerzo serio para cumplir las obligaciones de notificación y casi todos se han ocupado de modificar las leyes nacionales. Empero, hacen falta más modificaciones aún para reflejar los compromisos asumidos ante la OMC, en especial porque en los tribunales nacionales no pueden invocarse directamente los Acuerdos de la Organización.

El examen de la aplicación de los Acuerdos de la OMC en el plano nacional revela que existen ámbitos en los cuales el apoyo de la comunidad internacional sería particularmente útil para lograr un mayor grado de integración de los Miembros de la OMC en la OECO en el sistema de comercio multilateral y en la economía global, a saber: valoración en aduana, licencias de importación, medidas especiales, subvenciones, obstáculos técnicos al comercio, medidas sanitarias y fitosanitarias, ADPIC, agricultura y servicios. El apoyo podría facilitarse a través de acuerdos institucionales ya existentes con interlocutores bilaterales; a nivel regional, incluidas las secretarías de la OECO y la CARICOM, y por medio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En realidad, aunque los países de la OECO no son miembros del BID, éste ha suministrado un apoyo financiero considerable para la preparación del presente examen. Este tipo de colaboración pone de manifiesto las ventajas que supone la vinculación de la cooperación técnica de la OMC con acuerdos existentes para evitar duplicaciones y aumentar la eficiencia.

Acceso de las mercancías a los mercados

Si bien en teoría la política comercial se coordina a nivel de la OECO y la CARICOM, en la práctica existen diferencias de un país a otro. Todos los Miembros de la OMC en la OECO aplican el Arancel Exterior Común (AEC) de la CARICOM a las importaciones procedentes de terceros países, a tipos de hasta el 35 por ciento en el caso de los productos industriales y del 40 por ciento en el de los productos agropecuarios. Empero, los derechos de importación varían sensiblemente de un Miembro a otro, debido a las muchas concesiones que efectúa la CARICOM en materia de suspensiones y reducciones arancelarias, y a las excepciones nacionales al AEC. Si bien en 1991 se estableció una lista de reducciones del AEC dividida en cuatro fases, que debía completarse en 1998, pocos Miembros la han cumplido en su totalidad. Antigua y Barbuda y Saint Kitts y Nevis no han llegado a la Fase IV debido a problemas fiscales; en el caso de Dominica, se prevé que lo hará el 1° de julio de 2001. La reducción del AEC ha causado algunos problemas de aplicación en Granada, donde los derechos de importación son superiores a los tipos consolidados en el marco de la OMC en el caso de algunos productos.

En general, los Miembros de la OMC en la OECO están abandonando gradualmente el modelo de sustitución de importaciones y reemplazándolo por un régimen comercial más abierto y liberal. No obstante, la dependencia fiscal de estos países respecto de los derechos de aduana y otras cargas aplicables a las importaciones a veces ha tendido a desacelerar el ritmo del proceso de liberalización. En ese sentido, cuando se redujeron los aranceles en los últimos años, se han incrementado otros derechos y cargas, tales como las cobradas por servicios de aduana, el impuesto sobre el consumo y los impuestos relacionados con el medio ambiente; esto ha contrarrestado las mejoras en materia de acceso a los mercados logradas gracias a la reducción de los aranceles dado que, en varios casos, los gobiernos han tratado de que las reducciones arancelarias no afectasen al nivel de ingresos. Además, en algunos casos la carga por servicios de aduana es del 5 por ciento, tipo que resulta elevado y que le da más visos de recargo arancelario que de una carga equivalente al costo de tramitación de las importaciones. Con excepción de Saint Kitts y Nevis, los Miembros de la OMC en la OECO no han registrado la carga por servicios de aduana en las listas arancelarias de la OMC.

De conformidad con el artículo 56 del Tratado de la CARICOM, los Miembros de la OMC en la OECO aplican restricciones cuantitativas a varios productos, por lo general con la intención de proteger industrias incipientes. Esas restricciones, cuya arancelización está prevista para fines del año 2005, afectan a varios productos (entre ellos, la cerveza y las bebidas gaseadas, el curry y la pasta) incluidos en el Anexo I del Acuerdo sobre la Agricultura de la OMC. Sólo Dominica ha reemplazado casi todas las restricciones cuantitativas por derechos de importación, a partir de 1998. Los seis países recurren en gran medida a la concesión de licencias de importación en su comercio con terceros países. Asimismo, se aplican varias medidas de salvaguardia de conformidad con el artículo 29 del Tratado de la CARICOM; esas medidas todavía no han sido notificadas a la OMC.

A pesar de la lábil situación fiscal, todos los países de la OECO aplican diversos programas de incentivos de amplio alcance, que consisten en el otorgamiento de moratorias fiscales y exenciones de aranceles y otras cargas aplicables a las importaciones. Esos programas están destinados principalmente al sector manufacturero y al de los servicios. La duración del beneficio en algunos casos está relacionada con el valor añadido local. Si bien los incentivos ofrecidos por lo general se aplican a toda la producción y tienen vigencia durante un número específico de años, también se conceden algunos beneficios fiscales a los ingresos de exportación del sector manufacturero, una vez concluido el período de moratoria fiscal.

En cuanto a la valoración en aduana, mientras que algunos países de la OECO han hecho progresos respecto de la adopción del método del valor de transacción, otros siguen utilizando el de los precios mínimos de referencia debido, según señalan, a la práctica generalizada de la subfacturación. En todos los Miembros de la OMC en la OECO se han establecido órganos de normalización que actúan independientemente y tienen diversos grados de desarrollo. La mayoría de estos países han adoptado o están en vías de adoptar nuevas leyes relativas a las esferas abarcadas por el Acuerdo de los ADPIC, pero algunos todavía aplican la legislación anterior a la OMC.

 
Políticas sectoriales

Los Miembros de la OMC en la OECO tienen economías orientadas a los servicios. El turismo es la actividad económica más importante, seguida por los servicios extraterritoriales, financieros y de otra índole; ambos, combinados, proporcionan más del 50 por ciento de sus ingresos de divisas. A raíz de la presión ejercida a nivel internacional, últimamente se ha modificado la legislación que rige el sector de los servicios extraterritoriales. El objetivo declarado de algunos Miembros de la OMC en la OECO es eliminar gradualmente la distinción entre actividades territoriales y extraterritoriales mediante el establecimiento de una serie uniforme de reglamentaciones. En turismo se otorgan incentivos para promover la construcción y renovación de hoteles, y se conceden exenciones impositivas a los proveedores de servicios extraterritoriales. Hace poco se ha iniciado una liberalización paulatina del sector de las telecomunicaciones, que habrá de concluir a fines del año 2002, y se ha creado un organismo especializado, la Autoridad de Telecomunicaciones del Caribe Oriental (ECTEL), para reglamentar los sectores de las telecomunicaciones de Dominica, Granada, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas, en coordinación con los respectivos organismos normativos nacionales. En Antigua y Barbuda el mercado está controlado por dos empresas y existe el proyecto de privatizar parcialmente una de ellas.

La actividad agropecuaria está disminuyendo pero aún es importante. Tras algunos problemas relacionados con la calidad y con la erosión de las preferencias, en los último años se ha reducido la dependencia del banano que han tenido tradicionalmente las Islas de Barlovento (Dominica, Granada, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas) para obtener ingresos de exportación, pero el banano continúa siendo el cultivo más importante de Dominica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas. En Granada, donde el cultivo principal es la nuez moscada, la producción de banano se ha reducido drásticamente. En Saint Kitts y Nevis el futuro del sector del azúcar se encuentra en estudio debido a los elevados costos de producción. Las actividades manufactureras tienen una pequeña pero creciente incidencia en la economía de los países de la OECO.

Todos los Miembros de la OMC en la OECO han asumido compromisos en el marco del AGCS con respecto a la construcción y administración de hoteles, con sujeción a limitaciones relativas al número de habitaciones, así como con respecto a los servicios de recreación y deportes; asimismo, todos ellos han asumido compromisos en materia de reaseguro, con la excepción de Saint Kitts y Nevis. En los demás sectores, los compromisos varían según el país y en general son relativamente limitados. La presencia comercial se encuentra mayormente abierta a la inversión extranjera en casi todos los sectores de servicios, pero todavía existen restricciones en el caso de actividades específicas reservadas a los nacionales o bien sujetas a prescripciones adicionales para los extranjeros.

 
Perspectivas

Los Miembros de la OMC en la OECO esperan que el turismo siga siendo el principal motor del crecimiento, en particular gracias a sus efectos en materia de inversión. Se estima que el PIB aumentará en torno del 4 por ciento anual en el período 2001-2003. Si bien es probable que repunte la agricultura, las economías de los países de la OECO deben seguir orientándose hacia las actividades terciarias. Las iniciativas de política relativas a medidas tales como las reducciones arancelarias continuarán viéndose limitadas por la frágil posición fiscal; pese a ello, al parecer no existe la intención de racionalizar el uso de incentivos a la inversión. La balanza en cuenta corriente probablemente seguirá teniendo dificultades porque las importaciones crecen a un ritmo más acelerado que las exportaciones.

Se espera que los Miembros de la OMC en la OECO continúen aplicando las reducciones del AEC en el futuro próximo. Sin embargo, en los países en los cuales se ha completado ese proceso no se prevén nuevas reducciones arancelarias. Para finales del año 2005 está programado que los Miembros de la OMC en la OECO eliminen todas las restricciones cuantitativas y las reemplacen por aranceles. Con respecto a la aplicación de las normas de la OMC, estos Miembros tienen la intención de efectuar las modificaciones jurídicas e institucionales necesarias todavía pendientes y de consolidar y hacer operativas las ya realizadas.

 

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Informe del Gobierno  

ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
MIEMBROS DE LA OMC EN LA OECO
Informe del Gobierno — Parte I y II

I. ENTORNO ECONÓMICO
A. PRINCIPALES DATOS ECONÓMICOS

1. Introducción

Los Miembros de la OMC que son Estados independientes de la Organización de Estados del Caribe Oriental (Antigua y Barbuda, el Commonwealth de Dominica, Granada, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas) acogen con satisfacción el presente Examen de las Políticas Comerciales llevado a cabo por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Lo consideramos ejercicio de inventario de nuestros reglamentos de política comercial que puede sentar las bases de una relación transparente con los agentes económicos internacionales. El ejercicio no podría llevarse a cabo en un momento más oportuno, pues los estados del Caribe Oriental articulan actualmente una estrategia global de desarrollo económico. Hasta la fecha hemos aprendido mucho del ejercicio.

Los países independientes de la OECO son pequeñas economías insulares. Tienen en conjunto una población de aproximadamente 425.000 habitantes. Su PIB combinado ascendió en 1999 a 2.169,34 millones de dólares EE.UU. La proporción de las exportaciones mundiales de las economías era en 1999 de aproximadamente el 0,0061 por ciento. Los bananos, que constituyen la mercancía más exportada de las economías, no representan más del 0,86 por ciento de las exportaciones mundiales de ese producto básico. La proporción del PIB correspondiente a las exportaciones era del 15,4 por ciento, mientras que la proporción del PIB correspondiente a las importaciones ascendía al 68,4 por ciento. Al mismo tiempo, el déficit en el comercio de mercancías combinado ascendió en 1999 al 52,9 por ciento del PIB. Las importaciones ocupan un lugar destacado en la producción y las pautas del consumo de todas las economías, por lo cual carece de sentido utilizar el tipo de cambio en cuanto instrumento de política orientado a modificar de forma favorable su competitividad a escala internacional.

2. Estructura de las economías

Las economías del Caribe Oriental son de tamaño reducido, dependientes, vulnerables y abierta. Existe una tradición histórica de incorporación de las economías del Caribe Oriental a la economía mundial en condiciones sobre las que estas economías no ejercían influencia alguna. Parte de esa incorporación tradicional a la economía mundial ha consistido en el desarrollo de un sistema de producción basado en un único cultivo (lo cual generaba una combinación de exportaciones limitada y estructuras económicas inflexibles) y en la concesión de trato preferencial al producto obtenido que se destinaba a las metrópolis. Este carácter de la incorporación a la economía mundial ha tenido consecuencias de gran alcance para estas economías y ha repercutido en ellas de forma diversa.

La mayoría de las economías procura en gran medida centrarse en el sector de los servicios en cuanto motor de crecimiento, intentando al mismo tiempo modernizar y diversificar su sector agropecuario. No obstante, las economías siguen dominadas principalmente por un único sector, lo cual perpetúa y potencia su carácter vulnerable. Además, no puede pasarse por alto el rasgo fundamental que supone lo reducido de su tamaño, circunstancia sobre la que las economías no pueden ejercer mucho control. No hay vuelta de hoja: son pequeñas.

Habida cuenta de lo reducido del espacio físico de todas las economías, las posibilidades de producción se ven limitadas y la mayoría de las operaciones se llevan a cabo a escala muy pequeña. Lo reducido de la escala se ha visto condicionado asimismo por la estrechez de los mercados nacionales. Aunque existe un mercado regional de ámbito más amplio, la estructura del transporte no ha permitido, en parte, ningún tipo de desarrollo empresarial importante y las posibilidades de producción conjunta han permanecido en gran medida imposibles de alcanzar. Una vez más, el modo tradicional de la incorporación a la economía mundial queda reflejado en la falta de una red intrarregional adecuada para el transporte de mercancías en el Caribe Oriental. Otro aspecto derivado del tamaño reducido de las economías es el hecho de que la topografía de la mayoría es montañosa, lo cual reduce aún más el espacio económico físico disponible que podría dedicarse a la producción material sostenible.

3. Datos macroeconómicos

Aunque con arreglo a medidas y normas convencionales las economías han arrojado resultados macroeconómicos relativamente positivos durante los dos decenios finales del siglo XX, esos indicadores macroeconómicos no siempre recogen la situación en su conjunto. Las economías siguen padeciendo inestabilidad de los ingresos, principalmente como consecuencia de las catástrofes naturales y de variaciones desfavorables de los precios internacionales, comprendido el tipo de cambio. El paso en cinco años de cinco huracanes devastadores pone de relieve la vulnerabilidad de la región ante las catástrofes naturales. Una variación desfavorable del valor de la libra esterlina y del precio del banano en el mercado europeo repercute negativamente en las economías del Caribe Oriental. Ocurre lo mismo con las alertas de viaje emitidas por algunos países desarrollados en detrimento de las economías del Caribe Oriental.

Pese a la apariencia positiva de los resultados macroeconómicos, el desempleo sigue representando un problema crónico para todas las economías, cifrándose el índice medio notificado en una proporción estimada del 20,0 por ciento. Asimismo, el consecuente problema de la pobreza sigue pidiendo a gritos paliación, cuando no erradicación. Al mismo tiempo, siguen aumentando las expectativas que alberga la población del Caribe Oriental y que, en su mayor parte, son difíciles de concretar. A la vez, se han visto cada vez más amenazados valores sociales muy arraigados, ha aumentado de forma apreciable el desencanto y se percibe impaciencia ante el orden económico internacional característico de la mundialización. Hace falta tener presente este marco general al examinar los resultados macroeconómicos de todas las economías del Caribe Oriental.

4. Política fiscal

Como consecuencia de una gestión fiscal prudente la mayoría de las economías de la OECO ha arrojado superávit por cuenta corriente. Sin embargo, el superávit por cuenta corriente relativamente reducido se plasmó en el marco de enormes limitaciones, pues hubo que poner freno a los gastos en concepto de algunos servicios fundamentales. Los resultados arrojados por la cuenta corriente deben relacionarse asimismo con el hecho de que los instrumentos de política fiscal constituyen los únicos mecanismos de que disponen los gobiernos para orientar el rumbo de la actividad económica. Por ese motivo, los gobiernos encuentran poco margen para practicar una política fiscal expansionista, sobre todo en vista de que está limitada la financiación mediante déficit presupuestario a través del banco central.

La política fiscal de todos los gobiernos va encaminada principalmente a generar ingresos para financiar los gastos corrientes y los gastos de capital. A grandes líneas, se destina la mayor parte de los ingresos a cubrir los gastos corrientes, mientras que los gastos de capital se financian principalmente mediante préstamos y donaciones procedentes de ahorros externos. Últimamente ha resultado difícil identificar fuentes externas de fondos destinados a la financiación de los gastos de capital y acceder a éstas, pues, por lo general, ha quedado reducida la importancia geopolítica del Caribe.

El proceso de liberalización del comercio en forma de reducción arancelaria plantea grandes dificultades al Caribe Oriental. En vista de la estrecha base de producción de las economías y de la distribución desigual de los ingresos en las economías, la mayor parte de los ingresos públicos procede de impuestos sobre el comercio y las transacciones internacionales. Por consiguiente, el proceso de reducción arancelaria supone para la totalidad del Caribe Oriental un delicado dilema en la esfera de la política pública. Las reducciones de los aranceles siempre vienen acompañadas de una medida compensatoria de mejora de los ingresos en calidad de primer enfoque preliminar, aun no siendo el ideal, por lo que respecta a resolver este dilema de política pública. Este rumbo de la política era y sigue siendo necesario con miras a lograr que los Gobiernos del Caribe Oriental sigan cumpliendo algunas de las funciones económicas fundamentales que se espera que cumplan. Estas funciones comprenden la prestación de algunos servicios sociales básicos, la inversión pública y el aporte de financiación de contrapartida destinada a proyectos financiados por donantes internacionales. A sabiendas del decisivo dilema de política que plantea la liberalización del comercio, las economías han aplicado algunas medidas en el marco de un programa global de reforma fiscal. Con posterioridad, los Jefes de Gobierno pidieron que se examinara su régimen fiscal y se estudiara la viabilidad de la aplicación de un impuesto sobre el valor añadido.

Los Gobiernos del Caribe Oriental han aplicado asimismo una política consistente en facilitar a los inversores incentivos fiscales en forma de exoneraciones temporales de impuestos y concesiones en materia de derechos de importación. Este enfoque de política plantea igualmente un dilema económico a todos los gobiernos. Aunque es necesario fomentar la inversión para paliar el problema del desempleo, el único mecanismo de atraer inversores a la OECO acarrea notables repercusiones fiscales por lo que se refiere a la condonación de ingresos fiscales.

5. Política monetaria

La política monetaria del Caribe Oriental está centralizada en torno al Banco Central del Caribe Oriental. La política monetaria se centra en mantener fuerte el dólar del Caribe Oriental a fin de imprimir cierto grado de certidumbre al entorno de política económica. Esta orientación de la política supone que los gobiernos han tenido que fijar límites rigurosos al alcance de la monetización de la deuda. Las economías nunca se han servido del banco central para financiar la deuda pública fuera de los límites legales y el ajuste económico en la vertiente fiscal siempre ha adoptado la forma de política de restricción. En consecuencia, el valor exterior del dólar del Caribe Oriental se ha mantenido más de dos decenios al mismo nivel.

La política del banco central centrada en la fortaleza del dólar ha entrañado un notable grado de previsibilidad de la política frente al carácter imprevisible del entorno. Esta circunstancia ha influido en la corriente de las inversiones directas extranjeras destinada a las economías. Resulta igualmente importante que la política centrada en la fortaleza del dólar haya contribuido a que se registre en la región un índice de inflación relativamente bajo, con lo cual se ha puesto freno a demandas ulteriores de aumento salarial. Desde la óptica de los gobiernos, la estabilidad del valor del dólar ha supuesto que existía, y sigue existiendo, cierta certidumbre por lo que respecta a la amortización de la deuda exterior contraída en dólares de los Estados Unidos. Este factor ha contribuido de forma destacada a la gestión prudente de las finanzas públicas.

En el plano más amplio del sistema financiero, está previsto el establecimiento de una bolsa de valores regional para las economías del Caribe Oriental. Se espera dar mayor profundidad al sistema financiero a fin de fomentar un mayor volumen de intermediación de los recursos financieros regionales que facilite mayor movilización y distribución por todas las economías dando preponderancia al mercado. Está previsto abrir el cambio con el tiempo a transacciones de ámbito mundial, con lo cual quedaría casi ultimado el proceso de incorporación de las economías al sistema financiero mundial. Correlativamente, en un futuro inmediato empezará a funcionar un mercado regional de valores públicos.

6. Balanza de pagos

El persistente déficit en el comercio de mercancías y, de hecho, el déficit por cuenta corriente registrados por las economías de la OECO delatan una característica estructural de las mismas. Todas las economías son en alto grado importadores netos de alimentos y bienes de capital, mientras que exportan productos agropecuarios primarios. Por lo que se refiere a los servicios, las economías dependen en gran medida del turismo, procurándose actualmente desarrollar un sector de servicios financieros dinámico y un sector de la tecnología de la información.

Habida cuenta de las tendencias actuales de las inversiones directas extranjeras y de la orientación general del capital mundial no es seguro que pueda sostenerse a largo plazo la financiación del déficit estructural por cuenta corriente de la balanza de pagos. Lo dicho es especialmente cierto en vista de que para atraer las escasas inversiones directas extranjeras las economías de la OECO tienen que facilitar concesiones fiscales de proporciones considerables y, cuando eso ocurre, la situación se complica aún más con las listas negras que elaboran algunos países desarrollados. Por consiguiente, las economías de la OECO se verían más presionadas para cerrar la brecha que separa los ahorros y las inversiones utilizando ahorros externos.

 
B. EVOLUCIÓN DEL COMERCIO Y LAS INVERSIONES

A pesar de las dificultades que rodean a las economías, existe voluntad de practicar una política económica encaminada a liberalizar el comercio, penetrar en el mercado, levantar estructuras económicas más ágiles y facilitar el comercio de forma más eficaz. A la vez, abogamos por que se dé cabida como corresponde a las circunstancias especiales de las economías. Todas ellas han emprendido una reducción por etapas de los aranceles exteriores con la que aminorar su dependencia con respecto a las restricciones cuantitativas y adoptan medidas para que su legislación sea compatible con sus compromisos en el marco de la OMC. De forma sumamente práctica, las economías del Caribe Oriental han adoptado la atrevida medida de desmonopolizar el sector de las telecomunicaciones y poner en marcha un proceso de liberalización del que casi no existían precedentes en el Caribe Oriental. De este modo se ha coordinado de forma práctica la política sectorial y se ha establecido un marco normativo regional coherente en relación con el sector. Por lo que respecta a la política, se prevé que este proceso de liberalización del sector de las telecomunicaciones preceda a procesos semejantes relacionados con los otros servicios generales de las economías. Con el tiempo, tenemos previsto emprender un proceso más intenso de liberalización de las economías que esté coordinado y sea compatible con los compromisos que contrajimos en el marco del Acuerdo de Marrakech.

En el marco de la apertura de las economías se ha procurado aplicar medidas que permitan la libre circulación de mano de obra y capital en el Caribe Oriental. El proceso de libre circulación de mano de obra y capital se extiende asimismo por la región del Caribe en su conjunto. Formarían parte de ese proceso disposiciones relativas al derecho de establecimiento. Se adoptaron medidas de política complementarias con fines de liberalizar las transacciones por cuenta corriente y por cuenta de capital, y todas las economías, que funcionan en torno a un banco central común, han alcanzado hace tiempo la categoría prescrita por el artículo VIII.

Los Gobiernos del Caribe Oriental seguirán practicando políticas encaminadas a atraer las inversiones directas extranjeras para potenciar el crecimiento económico y la generación de empleo y cerrar la brecha que separa en las economías los ahorros de las inversiones. Se prestará especial atención al sector de los servicios en general y, en particular, a la industria del turismo. El objetivo consistirá en crear un entorno propicio a la inversión al facilitar algunas concesiones a los inversores extranjeros que participen.

 
C. PERSPECTIVAS

A medio plazo, está previsto que las economías del Caribe Oriental registren un crecimiento moderado propulsado por el turismo, la tecnología de la información, los servicios financieros, la construcción y, en menor medida, la agricultura. Es probable que el sector de la construcción se vea influido por proyectos del sector público, al igual que por proyectos relacionados con la industria del turismo en tanto los hoteles procuran ampliar su capacidad se construyen nuevos hoteles. Aunque la agricultura seguiría teniendo importancia, el futuro de ese sector es más incierto, sobre todo en el marco de la tendencia general a liberalizar por completo el comercio del banano en el ámbito del mercado europeo de conformidad con el dictamen emitido por el Órgano de Solución de Diferencias de la OMC. No obstante, está previsto que el resto del sector agropecuario evolucione de forma más favorable que en el caso del banano.

Se prevé que las políticas fiscales y monetarias continúen la tendencia del pasado inmediato. Los Gobiernos del Caribe Oriental seguirán practicando la gestión fiscal prudente con objeto de generar superávits que faciliten la inversión del sector público en las economías. La política monetaria seguirá dirigida a mantener la fortaleza del dólar con objeto de crear un entorno previsible con respecto a las inversiones y a la actividad económica en general. La política macroeconómica general debería regirse por políticas que tengan presenta la estrecha relación que guardan la productividad y el empleo a fin de gestionar mejor la demanda agregada surgida en el sistema al tiempo que se pone freno a la presión ejercida sobre la balanza de pagos.

 
 
II. RÉGIMEN DE POLÍTICA COMERCIAL
A. INTRODUCCIÓN

Al contrario de lo que indican algunas opiniones, no se han utilizado aranceles en el Caribe Oriental en cuanto mecanismo de protección de las industrias nacionales. De hecho, para proteger de forma adecuada las industrias nacionales los aranceles tendrían que ser muy elevados. Sea del tipo que sea, la protección facilitada a las industrias nacionales sólo puede aplicarse con acierto mediante la utilización de restricciones cuantitativas. Pese a la singular importancia que encierran las restricciones cuantitativas para las economías de la OECO, ha comenzado una arancelización del proceso y se espera reducir con el tiempo la dependencia con respecto a las restricciones cuantitativas en cuanto instrumento de política comercial. Sin embargo, el proceso de arancelización se ha visto atenuado por cuestiones relativas a los ingresos fiscales, junto con cuestiones relativas a la consolidación arancelaria, y las economías deben emprender actualmente el ejercicio de arancelización con mayor precaución de la prevista.

 
B. OBJETIVOS DE POLÍTICA Y RELACIONES INTERNACIONALES

En todas nuestras negociaciones internacionales y en todos los intentos de efectuar la transición con arreglo a las nuevas prescripciones de ámbito mundial hemos procurado que figure en el programa el decisivo factor atenuante de orden económico representado por la vulnerabilidad. En reconocimiento de la vulnerabilidad a que hacen frente nuestras economías, hemos defendido sin descanso la concesión de trato especial y diferenciado en el marco de las negociaciones económicas de ámbito regional, hemisférico y mundial. En líneas generales, hasta una época más reciente estos argumentos no encontraban oídos favorables. Sin embargo, el corolario económico lógico que se desprende de la vulnerabilidad es el reconocimiento de que es necesario el trato especial y diferenciado. Deseamos volver a incorporar al programa mundial las cuestiones de la vulnerabilidad y la necesidad de disponer de trato especial y diferenciado.

Desde cualquier perspectiva objetiva, el éxito de una política futura cualquiera exige que se conceda a las economías del Caribe Oriental trato especial y diferenciado en el entorno económico mundial. Bastan los factores atenuantes representados por la vulnerabilidad y la falta de capacidad para entender que si se concede un trato equitativo a estas economías en el escenario económico internacional sin tener efectivamente en cuenta sus rasgos singulares, sus posibilidades de supervivencia en la economía mundial estarían rodeadas de mayores dificultades. Aun cuando se haya allanado el terreno de juego, existe un factor de la misma importancia fundado en la desigualdad entre quienes participan en el juego. Las economías del Caribe Oriental nunca pueden hallarse en situación de igualdad económica en ese sentido.

Ese trato especial y diferenciado puede adoptar la forma de una ampliación de los períodos de cumplimiento de reglamentos concretos y de mayor facilidad de acceso a los mercados por parte de nuestros asociados comerciales principales, de la exoneración de determinadas obligaciones y de un descenso de los niveles de compromiso. A falta de estas medidas, las economías del Caribe Oriental se verían afectadas desproporcionadamente por las condiciones derivadas de la incorporación en la economía mundial. Esta circunstancia podría acarrear consecuencias incalculables a la población de la región. Aunque haya quienes defiendan que ha llegado la hora de que las economías salten a un terreno de juego uniforme y de que debe concederse trato equitativo a todos los participantes, hemos de recordar que, aunque puede que esta opinión sea acertada, quienes intervienen en el juego de las relaciones económicas mundiales distan mucho de operar en pie de igualdad. Resulta irónico que, aplicada sin tener presente la posición relativa que ocupan los jugadores, la igualdad de condiciones y prescripciones podría generar el conjunto de resultados menos equitativo. Las dotaciones de factores de las economías son radicalmente distintas, con lo cual resulta más fácil y acarrea trastornos socioeconómicos mínimos que los agentes previstos de una dotación de factores más robusta se aprovechen de la aplicación equitativa de las normas y reglamentos.

También debemos recordar el carácter interdependiente de la economía mundial y el objetivo ulterior de las normas y prescripciones, cifrado en el adelanto económico de todas las poblaciones. Jamás deberemos perder de vista este objetivo al elaborar las normas y al aplicar las prescripciones del sistema económico mundial. Si es cierto que la elaboración de las normas y la aplicación rigurosa de las prescripciones de la economía mundial generarían países más desfavorecidos y poblaciones más empobrecidas a escala mundial, debemos hacer un alto y plantearnos el objetivo fundamental de la integración económica mundial. Lo señalado no equivale a afirmar que no habría agentes que salieran ganando más de la integración económica mundial. Sin embargo, no debería haber agentes que salieran perdiendo más, sobre todo al comparar su posición de llegada con la posición de partida que ocupaban antes de salir al escenario económico mundial en este nuevo tipo de condiciones. De hecho, resultaría útil recordar lo que se afirma en el Protocolo 5 del Convenio de Lomé entre la CE y los países ACP por lo que respecta a la industria del banano de los Estados miembros ACP. Según afirma ese Protocolo, por lo que respecta al acceso y a las ventajas en el marco del mercado europeo, ningún Estado ACP deberá ser relegado a "una situación menos favorable que la de antes o la actual", es decir, no se deberá colocarlo "en posición económica peor". Este principio resulta especialmente pertinente en caso de que a raíz de la mundialización algunas economías pasen a ocupar, en comparación con otros países, una posición económica desproporcionadamente peor que sus condiciones de partida. Las economías del Caribe Oriental siempre tienen presente este objetivo básico, y resultado posiblemente apetecible, de la integración económica mundial. Esperamos no encontrarnos en peor situación económica.

1. Organización Mundial del Comercio

Las economías se han guiado últimamente por el buen sentido económico tradicional adoptando una actitud económica orientada hacia el exterior. A lo largo de varios años las economías han reducido paulatinamente sus aranceles exteriores a la vez que intentaban penetrar en los mercados exteriores. Un intento ulterior de guiarse por el buen sentido económico convencional, ha sido la incorporación de todas las economías a la Organización Mundial del Comercio. Se esperaba que el sistema comercial internacional basado en normas reportaría más beneficios que daños a las economías del Caribe Oriental y que se tendría presente la singular situación económica en que se encuentran las economías.

Aunque aún no han concluido los intentos de incorporar las economías al sistema mundial, las esperanzas de las economías distan mucho de haberse concretado, en vista del conflicto suscitado por el régimen del banano en Europa y de los dictámenes desfavorables del Órgano de Solución de Diferencias en contra del trato preferencial concedido a los bananos de los países ACP en el mercado europeo, al igual que del deterioro simultáneo de los acuerdos preferenciales relativos al azúcar. Las economías se han visto en medio de un conflicto entre dos potencias económicas centrado en cuestiones que tenían poco que ver con los bananos o el azúcar. Las economías sufrieron y siguen sufriendo daños colaterales derivados de ese conflicto. Esta circunstancia inquietaba especialmente a las economías del Caribe Oriental, pues se suma a las dificultades del ajuste económico y complica el proceso de participación a escala mundial. Del mismo modo, los intentos ulteriores de diversificar las economías del Caribe Oriental mediante el desarrollo del sector de los servicios financieros han topado con dificultades originadas en las economías de mayor tamaño. Parece que el sistema de normas en el que las economías del Caribe Oriental habían depositado esperanzas a efectos de obtener algún tipo de asistencia se ha vuelto contra las políticas que las economías han adoptado, basadas en el consenso económico imperante relativo a la orientación hacia el exterior, la participación a escala mundial y la diversificación económica. Al respecto, puede que haga falta dar mayor preponderancia a la cuestión de los servicios financieros en el marco del programa de la nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales.

Habida cuenta de lo limitado de sus recursos, a lo que se suma un volumen mínimo de recursos humanos, cuesta a los países de la OECO participar en las deliberaciones de la OMC de forma sistemática. Se ha intentado establecer una presencia física en Ginebra, pero los costos que entraña el mantenimiento de esa presencia han resultado prohibitivos hasta la fecha. Comparando el costo del asentamiento en Ginebra, al que se suma el costo derivado de la aplicación del acuerdo, con los beneficios derivados de la participación en el proceso, se ha vuelto a plantear el posible beneficio neto que conlleva la participación en la OMC.

Existe asimismo el problema permanente de la falta de capacidad, que probablemente sea uno de los problemas institucionales estructurales de mayor envergadura a los que hacen frente las economías del Caribe Oriental. La participación de las economías en la OMC ha puesto de manifiesto con mayor claridad la gravedad de las deficiencias de las economías en materia de capacidad. En algunos casos no nos ha sido posible establecer en cada país el punto de contacto prescrito. No nos ha sido posible ocuparnos por entero de la cuestión de la notificación. Ni siquiera hemos podido aprovechar al máximo algunas ofertas que se nos hicieron, sobre todo en la esfera de la capacitación, a causa de la falta de capacidad. Lo peor fue que cuando se litigó la diferencia motivada por el régimen del banano en Europa nos encontramos en situación desfavorable desde el punto de vista jurídico por lo que se refiere a la representación. Hasta al proceso de recopilación de datos destinados a la elaboración del presente Examen de las Políticas Comerciales se vio obstaculizado en muchos casos por la falta de capacidad. Los datos básicos que, según se supone, la mayoría de las economías tiene fácilmente a su disposición no resultaron de tan fácil acceso a las economías del Caribe Oriental y hubo que llevar a cabo búsquedas fuera de lo común para facilitar el presente Examen de las Políticas Comerciales. Es imposible que las economías del Caribe Oriental participen debidamente en las labores de la OMC sin asistencia de los países desarrollados.

2. Acuerdos regionales

(a) OECO

En calidad de agrupación regional, los miembros de la OECO han procurado fomentar el libre comercio entre sus miembros. La situación actual es que existen pocas restricciones comerciales dentro de la OECO y que se toman medidas para promover la libre circulación de mano de obra y capital dentro de la agrupación. Los obstáculos a la libre circulación de mano de obra y capital son objeto de examen permanente con miras a su eliminación. El objetivo de política general consiste en crear un espacio económico único en las economías del Caribe Oriental a fin de potenciar al máximo todas las posibles economías de escala. El espacio económico único tiene previsto un sistema de pagos más eficiente y efectivo, mayor movilidad de la mano de obra y el capital y un mayor grado de coordinación y armonización de las políticas, sobre todo en la esfera del comercio internacional.

Es elemento decisivo de la agrupación de la OECO el hecho de que varias actividades se lleven a cabo en función de acuerdos comunes. La idea básica que subyace a esta cooperación funcional consiste en implantar economías de escala por lo que respecta a la prestación de algunos servicios a la población de la región. Es tan reducido el tamaño de las economías que no podrán obtenerse muchas economías de escala por lo que respecta a la prestación de diversos servicios. El costo per cápita de prestar algunos servicios resulta sencillamente prohibitivo, pero el carácter del servicio es en algunos casos motivo de que las economías tengan que absorber las pérdidas relacionadas con las deseconomías de escala y concertar acuerdos separados relativos a la prestación de algunos servicios fundamentales.

(b) CARICOM

La pertenencia de la OECO al movimiento de integración regional de la CARICOM tiene por objeto el fomento de una vinculación económica más sólida con el resto del Caribe. También está orientada a intentar superar algunas de las dificultades derivadas del tamaño reducido. Este objetivo conlleva un mercado ampliado para los productos de las economías de la OECO y enfoques comunes en relación con algunas actividades que podrían llevarse a cabo mejor a escala regional que a escala nacional.

En reconocimiento del tamaño reducido de las economías de la OECO, la mayoría de los Estados de mayor tamaño pertenecientes al movimiento de integración de la CARICOM ha otorgado trato especial y diferenciado a estas economías. Pese a la imposición de algunas restricciones comerciales en el ámbito del trato especial y diferenciado concedido a los países de la OECO, las exportaciones procedentes de otros países de la CARICOM y destinadas a países de la OECO siguen registrando un crecimiento firme a lo largo de los años. Se trata ciertamente de un caso patente de utilización del trato especial y diferenciado de manera que las corrientes comerciales entre los miembros de la agrupación regional no se vean obstaculizadas indebidamente.

(c) Otros acuerdos

Todos los acuerdos comerciales bilaterales entre la CARICOM y otros países del hemisferio han posibilitado el comercio no recíproco entre esos países y las pequeñas economías de la OECO. Pese al hecho de haberse concedido a la OECO la condición de no reciprocidad en el marco de esos otros acuerdos comerciales, las economías no han logrado hacer un uso plenamente efectivo de los acuerdos. El motivo fundamental es que el tamaño reducido de las economías no brinda posibilidades de producción a gran escala y que cuando existe alguna posibilidad de producción distinta de la producción en pequeña escala surge el problema de la extrema limitación de la respuesta de la oferta. Una vez más consideramos el tamaño reducido factor limitante que afecta a las economías de la OECO por lo que se refiere a la participación efectiva en los acuerdos de ámbito hemisférico. El problema se agudiza aún más a escala mundial.

 
C. LOS MIEMBROS DE LA OECO, LA OMC Y LA COOPERACIÓN TÉCNICA

Las economías del Caribe Oriental procuran fomentar la capacidad en la esfera de la política comercial. Con dicho fin, ya se ha establecido un proyecto sobre política comercial (financiado por el Gobierno del Canadá) cuyos objetivos se centran, entre otras cosas, en el desarrollo y el mantenimiento de una estrategia comercial internacional de la OECO y en el fortalecimiento de la capacidad de la OECO para cumplir las obligaciones contraídas en virtud de acuerdos regionales e internacionales. También se procura racionalizar la coordinación de las relaciones interinstitucionales en la esfera del comercio internacional. Con dicho fin, algunas de las economías han unificado su Ministerio de Asuntos Exteriores con su Ministerio de Comercio Internacional. Actualmente se hacen mayores esfuerzos por estructurar la relación entre los distintos organismos encargados de las cuestiones relacionadas con el comercio, como por ejemplo el Ministerio de Sanidad, el Ministerio de Agricultura, el Departamento de Aduanas y el Ministerio de Asuntos Jurídicos. En algunas economías se han adoptado medidas para contar con un abogado especializado en derecho mercantil que forme parte del Ministerio de Comercio. Entretanto, sigue en curso el ejercicio de capacitación de funcionarios del comercio, al que prestan asistencia diversas organizaciones regionales e internacionales, comprendida la OMC. También se efectúa una serie de reformas legislativas encaminadas a garantizar la conformidad con las obligaciones contraídas en el marco de la OMC.

En vista de las dificultades que encuentran las economías del Caribe Oriental, es crucial la necesidad de prestarles asistencia técnica y financiera. Quienes participaron en la formulación del presente Examen de las Políticas Comerciales no necesitan más información para convencerse de dicha necesidad. Hace falta asistencia técnica y financiera en las esferas generales de la formulación y la aplicación de políticas económicas y, en particular, de la formulación y aplicación de políticas comerciales. Las economías del Caribe Oriental tienen necesidad de que se les preste asistencia técnica y financiera en relación con la capacitación con miras a transformar el entorno institucional de la elaboración, aplicación, gestión y administración de políticas. Las esferas importantes a las que se debe prestar atención comprenden las operaciones aduaneras, la reunión y recopilación de estadísticas para facilitar la adopción de decisiones sobre política, la redacción de textos legislativos, las normas y las operaciones comerciales modernas relacionadas con el sector privado. Nuestra experiencia ha demostrado que deberían asignarse recursos como mínimo a medio plazo. Nuestra experiencia colectiva ha dejado claro igualmente que a corto plazo es imposible fomentar la capacidad, transformar las instituciones y ajustar los agentes y los mercados económicos. No obstante, las economías del Caribe Oriental están decididas a guiarse por esas orientaciones de la política.

Las economías del Caribe Oriental están también comprometidas en el sistema multilateral de comercio. Como se señaló antes, las economías se encuentran actualmente en proceso de plasmar una mayor liberalización del comercio y cierto grado de reestructuración económica. Estas tareas no son de fácil cumplimiento en el marco de las expectativas en aumento y de la inquietud cada vez mayor que suscita el carácter desigual de la mundialización. Las economías necesitarán toda la asistencia que les pueda prestar este órgano internacional. Además, sean cuales sean las normas comerciales internacionales que se acuerden en adelante, habrá que hacer un mayor esfuerzo por tener en cuenta las características especiales de estas pequeñas economías insulares. De tenerse en cuenta debidamente estas características, la supervivencia y el éxito de las economías del Caribe Oriental en el entorno económico mundial resultarían menos inciertos de lo que han sido anteriormente y de lo que son en la actualidad. Debe incorporarse con firmeza el trato especial y diferenciado a todos los regímenes de política que se propongan garantizar que el Caribe Oriental participa en el proceso de mundialización. La participación efectiva de las economías en la economía mundial sólo puede resultarnos valiosa en el marco del trato especial y diferenciado.

 Nota:

Los Miembros de la OMC en la OECO son: Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.